Hipófisis. HE (1). Humano. Panorámica. Imagen a bajo aumento de una sección horizontal de una glándula hipofisaria. La hipófisis está formada por dos partes de origen muy distinto: adenohipófisis (en la que se distinguen la pars distalis, la pars intermedia y la pars tuberalis), y neurohipófisis (que comprende la pars neuralis, el tallo infundibular y la eminencia media). En la figura se observan claramente tanto la pars distalis (D) como la pars neuralis (N). Entre ambas, apenas destaca una delgada pars intermedia (flecha azul). (Flecha roja: cápsula conjuntiva, muy delgada).
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Hipófisis. HE (2). Humano. 4x. La pars distalis (D), a la izquierda, posee el típico aspecto de una glándula endocrina tipo macizo, cordonal o trabecular (cordones de células dispuestos irregularmente, separados por septos vásculo-conjuntivos). A la derecha podemos ver, con aspecto histológico muy diferente (recuerda a un tejido nervioso), la pars neuralis (N). En el centro de la imagen y dispuesta verticalmente se observa, muy estrecha, la pars intermedia, en la que se llegan a apreciar algunos quistes de Rathke (puntas de flecha).
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Hipófisis. HE (3). Humano. 10x. La pars distalis está formada por cordones (asteriscos) de células endocrinas separados por tabiques o septos vásculo-conjuntivos o vásculo-conectivos. Los cordones celulares son de varias células de espesor, y en ellos es posible observar la presencia de células con diferente apetencia tintorial (acidófilas, basófilas y cromófobas). Los septos vásculo-conectivos se caracterizan por albergar capilares sanguíneos (flechas) de gran calibre, cuya luz ocupa la práctica totalidad del volumen del tabique. Por su luz tan amplia, a estos vasos sanguíneos se les cataloga como sinusoides. Dado que poseen un endotelio fenestrado y una lámina basal continua, hechos comprobables ultraestructuralmente, se consideran “sinusoides fenestrados”.
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Hipófisis. HE (4). Humano. 10x. En esta imagen de la pars distalis se observan los cordones de células endocrinas, distinguiéndose perfectamente los dos tipos celulares más característicos: células acidófilas (a), más abundantes (teñidas de rojo), y células basófilas (b) (teñidas de azul). Con técnicas inmunohistoquímicas es posible diferenciar los distintos tipos celulares de unas y otras, nombrándose según la hormona secretada. Así, las células GH y las células PRL corresponderían a las células acidófilas, mientras que las células TSH, las células FSH/LH y las células ACTH formarían parte de la población de células basófilas. Las flechas señalan capilares sanguíneos de luz amplia (“sinusoides fenestrados”), a menudo ocupados por numerosos hematíes.
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Hipófisis. HE (5). Humano. 20x. En los cordones celulares de la pars distalis aparecen mezcladas las células acidófilas (a) (células GH y células PRL) y las basófilas (b) (células TSH, células FSH/LH y células ACTH), siendo considerablemente más abundantes las primeras. Hay células en las que no se aprecia citoplasma teñido: corresponderían a las llamadas “células cromófobas” (puntas de flecha), muchas de las cuales podrían corresponder a las llamadas “células folículo-estrelladas”. (Flechas: “sinusoides fenestrados”, de luz muy amplia).
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Hipófisis. HE (6). Humano. 20x. En los cordones celulares de la pars distalis aparecen mezcladas las células acidófilas (a) (células GH y células PRL) y las basófilas (b) (células TSH, células FSH/LH y células ACTH), siendo más abundantes las primeras. Las células en las que no se aprecia citoplasma teñido son las “células cromófobas” (puntas de flecha), muchas de las cuales podrían corresponder a las llamadas “células folículo-estrelladas”. La flecha señala un pequeño “microfolículo”, hallazgo poco frecuente en la pars distalis. (S: “sinusoides fenestrados”, de luz muy amplia).
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Hipófisis. HE (7). Humano. 4x. Entre la pars distalis (D) (izquierda) y la pars neuralis (N) (derecha), se halla la pars intermedia (I), caracterizada por la presencia de cavidades, los quistes de Rathke (flechas), tapizados por un epitelio cuboideo y rellenos de un material amorfo, homogéneo, con aspecto de coloide. Las células de la pars intermedia, y a veces también las de los propios quistes, suelen presentar apetencia tintorial basófila (y son inmunopositivas para, entre otras sustancias, ACTH y MSH). No es raro ver cómo algunas células basófilas de la pars intermedia, individualmente o en pequeños grupos, se introducen una pequeña distancia en el territorio de la pars neuralis. Este fenómeno se conoce con el nombre de “invasión basófila” (asterisco).
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Hipófisis. HE (8). Humano. 10x. La pars intermedia (I), es una estrecha franja constituida por grupos de células y por algunas cavidades quísticas, los quistes de Rathke (flechas), tapizados por un epitelio cuboideo y rellenos de un material amorfo, homogéneo, con aspecto de coloide. Las células de la pars intermedia, y a veces las de los propios quistes, suelen presentar apetencia tintorial basófila, siendo inmunopositivas para, entre otras sustancias, ACTH y MSH. No es raro ver cómo algunas células basófilas de la pars intermedia, individualmente o en pequeños grupos, se introducen (puntas de flecha) una pequeña distancia en el territorio de la pars neuralis. Este fenómeno se conoce con el nombre de “invasión basófila”. (D: pars distalis; N: pars neuralis).
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Hipófisis. HE (9). Humano. 10x. El aspecto general de la pars neuralis recuerda mucho al de un tejido nervioso. La apetencia tintorial es muy pálida. Está constituida por una gran cantidad de axones neuronales (son axones desnudos), que provienen de neuronas cuyos somas se localizan en el hipotálamo. Además existe un tipo celular característico, de carácter glial, los pituicitos, cuyos núcleos, pequeños y de cromatina densa, se distribuyen homogéneamente, sin orden especial. Unos pocos de esos núcleos podrían pertenecer, en realidad, a células microgliales. (Flechas: pequeños vasos sanguíneos, cargados de hematíes).
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Hipófisis. PAS (1). Humano. Panorámica. Imagen a bajo aumento de una sección horizontal de una glándula hipofisaria teñida con la técnica del ácido periódico-Schiff (PAS). La hipófisis está formada por dos partes de origen muy distinto: adenohipófisis (en la que se distinguen la pars distalis, la pars intermedia y la pars tuberalis), y neurohipófisis (que comprende la pars neuralis, el tallo infundibular y la eminencia media). En la figura se observan claramente tanto la pars distalis (D) como la pars neuralis (N). Entre ambas, apenas destaca una delgada pars intermedia (flecha azul). (Flecha roja: cápsula conjuntiva, muy delgada).
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Hipófisis. PAS (2). Humano. 20x. Imagen de la pars distalis, teñida con la técnica del ácido periódico-Schiff. Se pone de manifiesto la PAS-positividad de algunas células (puntas de flecha), que corresponden a las células basófilas detectadas con la hematoxilina-eosina. Las células TSH, las células FSH/LH y las células ACTH serían, pues, PAS-positivas, mientras que las células GH y las células PRL serían PAS-negativas. Las tres primeras secretarían hormonas glucoproteicas, y las dos últimas, hormonas proteicas. (Flechas: “sinusoides fenestrados”).
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Hipófisis. PAS (3). Humano. 20x. Con la técnica del ácido periódico-Schiff se comprueba que, en la pars distalis, algunas células (puntas de flecha azules) presentan una intensa PAS-positividad. Corresponden a las células basófilas detectadas con la hematoxilina-eosina. Las células TSH, las células FSH/LH y las células ACTH serían, pues, PAS-positivas, mientras que las células GH y las células PRL serían PAS-negativas. Algunas células (punta de flecha roja) en las que el citoplasma no se tiñe en absoluto se catalogarían como células cromófobas. (Flechas: “sinusoides fenestrados”).
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Hipófisis. Gomori (1). Humano. Panorámica. Sección horizontal, ligeramente oblicua, de una hipófisis teñida con la técnica de Gomori. Se aprecia la pars distalis (D), más voluminosa, en la parte inferior del corte. Hacia arriba y a la derecha parece verse una porción de pars tuberalis (T), en la que destacan las secciones transversales de vénulas (punta de flecha) del sistema porta hipotálamo-hipofisario. En la parte superior de la imagen se aprecia una pequeña porción de lo que debería ya considerarse tallo infundibular (asterisco). (Flecha: cápsula conjuntiva).
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Hipófisis. Gomori (2). Humano. 10x. Imagen de la pars distalis, teñida con la técnica de Gomori. En los cordones de células endocrinas se distinguen, ya a este aumento, dos tipos celulares: células acidófilas (teñidas de rojo por la floxina), y células basófilas (teñidas de azul por la hematoxilina crómica de Gomori). (Flechas: “sinusoides fenestrados”).
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Hipófisis. Gomori (3). Humano. 10x. Los cordones de células endocrinas de la pars distalis poseen tanto células teñidas de rojo por la floxina (células acidófilas) (puntas de flecha azules), como células teñidas de azul por la hematoxilina crómica de Gomori (células basófilas) (puntas de flecha rojas). El citoplasma de algunas células parece no haberse teñido en absoluto: se trataría de células cromófobas, población claramente minoritaria. (S: “sinusoides fenestrados”, rellenos de hematíes).
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Hipófisis. Gomori (4). Humano. 4x. Corte horizontal, ligeramente oblicuo, de una hipófisis. A la izquierda, fundamentalmente, se observa la pars distalis (D), con cordones de células endocrinas en los que aparecen células tanto acidófilas como basófilas. El centro de la imagen corresponde a la pars tuberalis (T), en la que existen abundantes secciones transversales de vénulas (flechas) del sistema porta hipotálamo-hipofisario, así como cordones de células endocrinas constituidos por células basófilas (teñidas de azul por la hematoxilina crómica de Gomori). En la parte inferior de la imagen se aprecia, con su típico aspecto de tejido nervioso y su escasa apetencia tintorial, una pequeña porción de lo que debería ya considerarse tallo infundibular (asterisco).
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Hipófisis. Gomori (5). Humano. 10x. En la pars tuberalis destaca la presencia de numerosas secciones transversales de vénulas (flechas) del sistema porta hipotálamo-hipofisario, así como de cordones de células endocrinas constituidos únicamente por células basófilas (teñidas de azul por la hematoxilina crómica de Gomori). La mayor parte de estas células basófilas expresan inmunopositividad para FSH/LH.
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Hipófisis. Gabe (1). 4x. Panorámica. Imagen a bajo aumento de una sección horizontal de una glándula hipófisis de animal de experimentación (rata). Se diferencian perfectamente la pars distalis (D), la pars intermedia (I) y la pars neuralis (N).
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Hipófisis. Gabe (2). 10x. Con la técnica de Gabe se tiñen de color azul púrpura, con la aldehído-tionina, tanto las células TSH de la pars distalis (D) como las acumulaciones de material neurosecretor (cuerpos de Herring) de la pars neuralis (N). Además, el orange G tiñe de color amarillo-anaranjado las células GH de la pars distalis. (I: pars intermedia).
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Hipófisis. Gabe (3). 20x. Imagen de la pars distalis de una hipófisis de rata en la que se han teñido de color azul púrpura, con la aldehído-tionina, las células TSH (puntas de flecha rojas). Las células GH (puntas de flecha azules) aparecen teñidas de color amarillo-anaranjado con el orange G. (Flecha: “sinusoide fenestrado).
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Hipófisis. Gabe (4). 40x. Pars distalis de una hipófisis de rata teñida con la técnica de Gabe. Las células TSH (puntas de flecha rojas) aparecen teñidas de color azul púrpura, con la aldehído-tionina. Las células GH (puntas de flecha azules) se han teñido de color amarillo-anaranjado con el orange G. Los “sinusoides fenestrados” (flechas) destacan mucho, tanto por su amplio calibre como por la presencia en su interior de hematíes teñidos de color amarillo brillante.
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Hipófisis. Gabe (5). 20x. En la pars neuralis, con la técnica de Gabe, se pone de manifiesto el material neurosecretor, ya que se tiñe de azul púrpura con la aldehído-tionina. Aparece tanto en forma de diminutos puntos como de estructuras globulares mucho más grandes, los cuerpos de Herring (puntas de flecha rojas). En la parte inferior de la imagen se observa la pars intermedia (I). (Flecha: vasos sanguíneos rellenos de hematíes).
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Hipófisis. Gabe (6). 40x. El material neurosecretor puede fácilmente ponerse de manifiesto en la pars neuralis, ya que se tiñe de azul púrpura con la aldehído-tionina. Aparece tanto en forma de diminutos puntos como de estructuras globulares mucho más grandes, los cuerpos de Herring (puntas de flecha rojas), que corresponden a dilataciones axonales albergando un gran número de gránulos neurosecretorios. En la parte inferior derecha de la imagen se observa una pequeña porción de pars intermedia (I). (Flecha: vasos sanguíneos rellenos de hematíes).
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Tiroides. HE (1). Humano. 4x. El tiroides es una glándula endocrina del tipo histológico “vesicular” o “folicular”. Está constituido por innumerables formaciones esféricas de tamaños diversos, los “folículos tiroideos”, inmersos en un estroma conjuntivo con abundantes vasos sanguíneos y linfáticos. Cada folículo es una esfera hueca, tapizada internamente por un epitelio cuboideo simple, rellena de un material eosinófilo y amorfo, el llamado coloide tiroideo. Hay una membrana basal, no visible con hematoxilina-eosina, que rodea completamente a cada uno de los folículos.
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Tiroides. HE (2). Humano. 10x. Los folículos tiroideos (F), en la especie humana, son de tamaños muy diferentes. Cada folículo es una esfera hueca, tapizada internamente por un epitelio cuboideo simple constituido por tirocitos (puntas de flecha), rellena de un material eosinófilo y amorfo, el llamado coloide tiroideo (asterisco). Este coloide aparece más o menos cuarteado y siempre retraído, de modo que queda un espacio artificial vacío (flecha) entre el coloide y los tirocitos. (V: vasos sanguíneos, con hematíes. VL: vasos linfáticos, artefactualmente dilatados).
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Tiroides. HE (3). Humano. 20x. Folículos tiroideos, de tamaños diferentes, inmersos en un estroma de tejido conjuntivo. Se observan tanto los tirocitos (punta de flecha azul) como el coloide tiroideo (asterisco), eosinófilo y amorfo. Este coloide aparece más o menos cuarteado y retraído, quedando un espacio artificial vacío (flecha) entre el coloide y los tirocitos. En la superficie del coloide es frecuente observar pequeñas depresiones “en sacabocados”, las llamadas “imágenes de reabsorción del coloide” (puntas de flecha rojas), que se consideran un artefacto. (V: vasos sanguíneos, con hematíes. VL: vasos linfáticos, artefactualmente dilatados).
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Tiroides. HE (4). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de varios folículos tiroideos. Pueden observarse los tirocitos (puntas de flecha azules) y el coloide (asterisco), retraído y cuarteado. En algunas zonas, rodeando externamente al folículo, se llega a ver una fina línea eosinófila y homogénea, que corresponde a la membrana basal (puntas de flecha rojas).
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Tiroides. HE (5). Humano. 40x. Folículos tiroideos vistos a gran aumento, en los que se aprecian, aparte de los tirocitos (flechas), algunas células situadas por fuera de los mismos, que pertenecen al folículo pero no llegan a contactar con la luz folicular; corresponderían a las células C o parafoliculares (puntas de flecha azules). (Puntas de flecha rojas: imágenes de reabsorción del coloide).
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Tiroides. PAS (1). Humano. 4x. Imagen a bajo aumento de un tiroides humano (el mismo de la muestra anterior), teñido con la técnica del PAS (ácido periódico-Schiff). El principal interés de aplicar esta técnica es mostrar la PAS-positividad del coloide, ya que contiene tiroglobulina, una glucoproteína yodada.
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Tiroides. PAS (2). Humano. 10x. Folículos tiroideos en los que destaca la marcada PAS-positividad del coloide, el cual conserva su aspecto homogéneo y su apariencia cuarteada. (VL: vasos linfáticos, artefactualmente dilatados).
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Tiroides. PAS (3). Humano. 20x. Folículos tiroideos, con sus tirocitos (puntas de flecha rojas) y el coloide tiroideo, retraído, cuarteado y a veces desprendido, que presenta una marcada PAS-positividad. (Puntas de flecha azules: imágenes de reabsorción del coloide. VL: vasos linfáticos, artefactualmente dilatados).
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Paratiroides. HE (1). Humano. Panorámica. Imagen a bajo aumento de una glándula paratiroides de un adulto humano. El estroma consta de una fina cápsula conjuntiva, apenas perceptible, y por tabiques vásculo-conectivos en los que son muy abundantes los adipocitos uniloculares (asterisco). El parénquima está constituido por cordones y nidos (grupos) de células epiteliales glandulares. Existen dos tipos de estas células: las células principales (flecha roja), y las células oxífilas (flecha azul). Estas últimas son células no secretoras, tienen tendencia a aparecer en agregados redondeados de aspecto nodular, y son inexistentes antes de la pubertad. (Puntas de flecha: vasos sanguíneos).
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Paratiroides. HE (2). Humano. 10x. Imagen de una glándula paratiroides en la que se observa la disposición, en nidos y cordones, de las células parenquimatosas. Mientras que las células principales (flecha roja) se distribuyen homogéneamente, las células oxífilas (flecha azul) muestran tendencia a agruparse y constituir cúmulos redondeados de aspecto nodular. (Puntas de flecha: vasos sanguíneos. A: adipocitos uniloculares).
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Paratiroides. HE (3). Humano. 20x. Las células parenquimatosas de la glándula paratiroides se disponen en nidos y cordones separados por septos vásculo-conectivos. Ya a este aumento se diferencian perfectamente las células principales (flecha roja) de las células oxífilas (flechas azules). Estas últimas destacan por su mayor tamaño, citoplasma eosinófilo, y núcleo algo más pequeño y denso. (Puntas de flecha: vasos sanguíneos. A: adipocitos uniloculares).
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Paratiroides. HE (4). Humano. 20x. Gran cúmulo (asterisco) de células oxífilas, de aspecto nodular, situado en la parte superior izquierda de la imagen. Las células oxífilas son más grandes que las principales, y poseen un núcleo pequeño y de cromatina densa, así como un citoplasma muy eosinófilo. Es llamativo también el hecho de que los límites entre células oxífilas contiguas aparezcan muy marcados. Las células principales (flecha) son más pequeñas, el citoplasma es más pálido, y su núcleo es más grande y de cromatina más laxa que el de las células oxífilas. (Puntas de flecha: vasos sanguíneos. A: adipocitos uniloculares).
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Paratiroides. HE (5). Humano. 40x. En esta imagen, la práctica totalidad de las células que se observan son células principales, dispuestas en delgados cordones separados por septos vásculo-conectivos. Nótese cómo el núcleo de estas células es de cromatina relativamente laxa y de tamaño grande en relación con el volumen celular. El citoplasma muestra moderada apetencia tintorial. (Puntas de flecha: vasos sanguíneos. A: adipocitos uniloculares).
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Paratiroides. HE (6). Humano. 40x. En esta imagen, por el contrario, son las células oxífilas el elemento predominante, formando, en la mitad derecha de la imagen, un cúmulo de gran tamaño. Nótese el aspecto típico de las células oxífilas: más grandes que las principales, poseen un núcleo pequeño y de cromatina densa, así como un citoplasma muy eosinófilo. Además, los límites entre células oxífilas contiguas aparecen muy marcados. En algunas células principales el citoplasma presenta pequeñas granulaciones (puntas de flecha). (V: vasos sanguíneos. A: adipocitos uniloculares).
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Paratiroides infantil. HE (1). Humano. Panorámica. Imagen a bajo aumento de dos glándulas paratiroides (P) de un niño. Ambas están inmersas en un tejido adiposo blanco o amarillo. La estructura basófila que aparece junto a la glándula de la derecha es el timo (T). Esto se explica porque tanto las paratiroides inferiores como el timo derivan embriológicamente de la tercera bolsa faríngea.
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Paratiroides infantil. HE (2). Humano. 4x. En la paratiroides (P) del niño llama la atención la única presencia de células principales. Las células oxífilas, por el contrario, no existen, ya que empiezan a aparecer a partir de la pubertad. Sí que pueden verse, no obstante, algunos adipocitos (puntas de flecha) en el estroma conjuntivo de la glándula. (T: timo).
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Paratiroides infantil. HE (3). Humano. 10x. En la paratiroides del niño hay un único tipo celular parenquimatoso, las células principales, de citoplasma muy claro, dispuestas en cordones y grandes grupos, separados por septos vásculo-conectivos en los que pueden verse algunos adipocitos uniloculares (a). No existen células oxífilas. (Flechas: vasos sanguíneos).
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Paratiroides infantil. HE (4). Humano. 20x. El único tipo celular parenquimatoso de la glándula paratiroides del niño es la célula principal: posee un citoplasma muy claro, sin prácticamente apetencia tintorial, y un núcleo redondeado de cromatina relativamente densa. No hay células oxífilas antes de la pubertad. Muy ocasionalmente, en la paratiroides, pueden aparecer estructuras de apariencia folicular (f), ocupadas por un material grumoso ligeramente eosinófilo. (Flechas: vasos sanguíneos con hematíes. a: adipocitos uniloculares).
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Paratiroides infantil. HE (5). Humano. 40x. Nidos y cordones de células principales en la paratiroides de un niño. Estas células poseen un núcleo redondo, de cromatina relativamente densa, y un citoplasma extraordinariamente pálido, sin apenas apetencia tintorial. Obsérvese cómo los núcleos de las células principales situadas en la inmediata vecindad de la cápsula conjuntiva (asterisco) que envuelve al órgano, tienden a orientarse formando una hilera junto a la membrana basal (puntas de flecha), la cual, a este aumento, se llega a apreciar como una delgada línea eosinófila. (Flechas: capilares sanguíneos en el seno de septos vásculo-conjuntivos).
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Suprarrenal. HE (1). Panorámica. Imagen a bajo aumento de una sección de una glándula suprarrenal de perro. Se observan fácilmente sus dos partes: cortical, corteza o córtex (C) y medular o médula (M). (Asterisco: área de hemorragia en el seno de la cápsula conjuntiva. Flecha: nervios).
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Suprarrenal. HE (2). 2x. La glándula suprarrenal posee dos partes perfectamente diferenciadas: la cortical o corteza (C) (que consta a su vez de tres capas: glomerular (g), fascicular (f) y reticular (r)) y la medular o médula (M). Por fuera, la glándula aparece envuelta por una fina cápsula conjuntiva (flecha). (Asterisco: vaso sanguíneo, de amplia luz, en el seno de la medular).
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Suprarrenal. HE (3). 10x. Cortical de la glándula suprarrenal en la que se observan sus tres regiones: de izquierda a derecha, la capa glomerular (g), la capa fascicular o fasciculada (f) y la capa reticular (r). La capa glomerular está constituida por grandes nidos o agrupaciones de células que se disponen formando estructuras redondeadas o alargadas. En la capa fascicular destacan los cordones paralelos de células de aspecto pálido. Por último, la capa reticular, posee cordones muy desorganizados de células de citoplasma eosinófilo. A la izquierda se observa una estrecha franja de la cápsula conjuntiva (asterisco) que rodea al órgano. (Puntas de flecha: capilares sanguíneos, de luz amplia, en el seno de septos vásculo-conjuntivos).
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Suprarrenal. HE (4). 20x. El centro de la imagen está ocupado por la capa glomerular (g), constituida por grandes nidos o agrupaciones de células que se disponen formando masas redondeadas o alargadas. Hacia la profundidad, tras una estrecha franja (asterisco rojo) en la que parece perderse la arquitectura celular que se acaba de describir, aparecen ya los típicos cordones celulares paralelos de la capa fascicular (f), entre los que se aprecian capilares sanguíneos (flechas) de luz muy amplia (“sinusoides fenestrados”). En la parte superior de la imagen se ve la cápsula conjuntiva (asterisco azul) que rodea al órgano, emitiendo finos tabiques vásculo-conectivos (puntas de flecha azules) que separan entre sí los nidos celulares de la capa glomerular.
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Suprarrenal. HE (5). 20x. Capa fascicular de la cortical de la glándula suprarrenal, con su típica disposición en cordones celulares (flechas) paralelos entre sí, de grosor variable, y separados unos de otros por capilares sanguíneos (puntas de flecha) de luz amplia, que pueden catalogarse como “sinusoides fenestrados”. Las células endocrinas que componen esta capa fascicular poseen un citoplasma con escasa apetencia tintorial, ya que contiene numerosas gotitas lipídicas.
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Suprarrenal. HE (6). 40x. Imagen a gran aumento de la capa glomerular de la corteza suprarrenal. Está constituida por grandes nidos o agrupaciones de células que se disponen formando masas redondeadas o alargadas. Dichos nidos celulares están separados por finos tabiques conjuntivos (flechas) que parten desde la cápsula conjuntiva (asterisco) que rodea al órgano. En muchas ocasiones las células endocrinas de esta capa también presentan gotitas de lípidos (puntas de flecha), lo que les otorga una apetencia tintorial pálida.
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Suprarrenal. HE (7). 40x. Capa fascicular de la cortical de la glándula suprarrenal. Posee una característica disposición en cordones celulares (flechas) más o menos paralelos entre sí, de grosor variable, separados unos de otros por capilares sanguíneos (puntas de flecha) de luz amplia (“sinusoides fenestrados”). Las células endocrinas que componen esta capa fascicular, tal y como puede observarse sobre todo en la mitad inferior de la imagen, poseen un citoplasma con escasa apetencia tintorial debido a la presencia de abudantes gotitas lipídicas.
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Suprarrenal. HE (8). 40x. La porción más profunda de la cortical de la glándula suprarrenal es la capa reticular. Como puede comprobarse en esta imagen a gran aumento, las células endocrinas poseen citoplasmas eosinófilos con pocas gotas de lípidos, y se organizan en cordones celulares dispuestos irregularmente. En la esquina inferior derecha se aprecia ya la médula suprarrenal (asterisco). (Puntas de flecha: capilares sanguíneos de luz amplia situados en septos vásculo-conjuntivos).
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Suprarrenal. HE (9). 40x. Límite entre la capa reticular de la cortical suprarrenal (arriba, derecha) (r) y la medular o médula (abajo, izquierda) (M) de la glándula. Las células endocrinas de la medular poseen un núcleo de cromatina relativamente laxa y un citoplasma ligeramente basófilo, y se agrupan formando grandes nidos separados por finos tabiques vásculo-conjuntivos (puntas de flecha). Obsérvese el evidente contraste con la eosinofilia del citoplasma de las células de la capa reticular.
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Suprarrenal. HE (10). 40x. Imagen a gran aumento de la medular suprarrenal. Las células endocrinas medulares se agrupan formando grandes nidos separados por finos tabiques vásculo-conjuntivos (puntas de flecha). Estas células poseen un núcleo de cromatina relativamente laxa y un citoplasma ligeramente basófilo, el cual frecuentemente aparece con signos de mala conservación, incluso cuando la fijación se haya efectuado con diligencia. (A: arteriola).
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Suprarrenal. HE (1). Humano. Panorámica. Imagen de una sección de una glándula suprarrenal, en la que se observan fácilmente sus dos partes: cortical, corteza o córtex (C) y medular o médula (M).
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Suprarrenal. HE (2). Humano. 10x. A bajo aumento se aprecian las tres capas de la cortical o corteza suprarrenal (C): glomerular (g), fascicular (f) y reticular (r). La medular o médula (M) se localiza internamente, y destaca por su apetencia tintorial más basófila. Por fuera se observa una fina cápsula conjuntiva (flecha) que envuelve completamente al órgano.
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Suprarrenal. HE (3). Humano. 10x. Dos tercios superficiales de la cortical de la glándula suprarrenal observados a mediano aumento. La región situada más externamente, de estrecho grosor, es la capa glomerular (g), en la que las células se disponen formando agrupaciones o nidos de forma redondeada. Por debajo se sitúa la capa fascicular (f), cuyas células (más pálidas debido a la presencia de gotitas lipídicas en su citoplasma) tienden a orientarse constituyendo cordones paralelos entre sí. Tanto en la capa glomerular como en la fascicular, se aprecian finos tabiques o septos vásculo-conjuntivos (puntas de flecha). (Asterisco: cápsula conjuntiva).
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Suprarrenal. HE (4). Humano. 20x. En la capa glomerular (g) de la cortical suprarrenal, las células (con escasas gotas lipídicas y citoplasma moderadamente eosinófilo) se disponen formando agrupaciones o nidos de forma redondeada. Las células de la capa fascicular (f), por el contrario, son más pálidas debido a la presencia de abundantísimas gotitas lipídicas en su citoplasma, y tienden a orientarse constituyendo cordones paralelos entre sí. (Puntas de flecha: septos vásculo-conjuntivos, algunos de los cuales albergan hematíes en su interior. Asterisco: cápsula conjuntiva. Flecha roja: célula con núcleo de aspecto poliploide. Flecha azul: célula binucleada).
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Suprarrenal. HE (5). Humano. 20x. Capa fascicular de la cortical de la glándula suprarrenal. A veces, como vemos en la imagen, las células tienden a desordenarse, y la típica disposición en cordones paralelos es menos evidente. Nótese la abundancia de gotitas lipídicas en el citoplasma de estas células, causa de su escasa apetencia tintorial. (Puntas de flecha: septos vásculo-conjuntivos).
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Suprarrenal. HE (6). Humano. 40x. Capa fascicular de la cortical de la glándula suprarrenal. A veces, como vemos en la imagen, la típica disposición en cordones paralelos es menos evidente. Es llamativa la abundancia de gotitas lipídicas en el citoplasma de estas células, lo que les otorga un aspecto espumoso y es causa de su escasa apetencia tintorial. (Puntas de flecha: septos vásculo-conjuntivos).
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Suprarrenal. HE (7). Humano. 20x. Parte profunda de la capa fascicular (f), capa reticular (r), y medular suprarrenal (M) (derecha). Las células de la capa reticular, que se disponen en aparente desorden, presentan un pigmento parduzco (lipofuscina) en el citoplasma. Además, la cantidad de gotitas lipídicas que acumulan estas células es menor que las que hay en las células de la fascicular. En la medular suprarrenal, las células endocrinas muestran un núcleo de cromatina relativamente laxa y un citoplasma ligeramente basófilo. Se agrupan formando grandes nidos separados por finos tabiques vásculo-conjuntivos. (Asterisco: islote de células de la cortical aparentemente aisladas en el interior de la medular. Se trataría de un efecto del plano de corte, puesto que el límite córtico-medular no es totalmente rectilíneo).
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Suprarrenal. HE (8). Humano. 40x. Capa reticular de la cortical suprarrenal vista a gran aumento. Las células endocrinas se disponen en cordones distribuidos irregularmente, separados por septos vásculo-conjuntivos en los que los capilares sanguíneos (flechas) destacan por su amplia luz (“sinusoides fenestrados”). Las células de esta capa presentan pocas gotas lipídicas, y en sus citoplasmas es típica la presencia de cantidades variables de un pigmento parduzco (lipofuscina) (puntas de flecha).
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Suprarrenal. HE (9). Humano. 20x. Imagen a aumento mediano de la medular suprarrenal (M), flanqueada a derecha e izquierda por cortical (C). Las células endocrinas medulares se agrupan formando grandes nidos separados por finos tabiques vásculo-conjuntivos (puntas de flecha). Estas células poseen un núcleo de cromatina relativamente laxa y un citoplasma con apetencia tintorial basófila de intensidad variable. Algunas células parecen mostrar signos de mala conservación.
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Suprarrenal (Médula). HE (1). Panorámica. Imagen de una sección de una glándula suprarrenal de conejo, en la que se observan sus dos partes: cortical, corteza o córtex (C) (con varias capas distinguibles) y medular o médula (M).
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Suprarrenal (Médula). HE (2). 10x. Imagen de los dos tercios más externos de la cortical de una glándula suprarrenal de conejo (no se ve la medular). Se observa la capa glomerular (g), y la capa fascicular o fasciculada (f). La capa glomerular está constituida por agrupaciones de células que se disponen formando estructuras redondeadas, alargadas o en forma de herradura. En la capa fascicular destacan los cordones paralelos de células de aspecto pálido. En la parte superior se aprecia una delgada cápsula conjuntiva (flecha) que rodea al órgano.
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Suprarrenal (Médula). HE (3). 10x. Límite córtico-medular en la glándula suprarrenal de conejo. La médula o medular (M) (derecha) se diferencia perfectamente de la corteza o cortical (C) (izquierda) por la apetencia tintorial basófila de sus células y por la disposición de las mismas, en grandes nidos separados por septos vásculo-conjuntivos. Obsérvese la irregularidad del límite entre corteza y médula, que se traduce por la aparente presencia (por efecto del plano de corte) tanto de grupos de células medulares (flecha azul) en el territorio cortical profundo, como de células corticales (flecha roja) en la zona medular superficial.
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Suprarrenal (Médula). HE (4). 20x. La médula (M) (derecha) se diferencia fácilmente de la corteza (C) (izquierda) por la apetencia tintorial basófila de sus células y por la disposición de las mismas, en grandes nidos separados por septos vásculo-conjuntivos (asteriscos). Nótese la irregularidad del límite entre corteza y médula, que por efecto del plano de corte se manifiesta por la aparición tanto de grupos de células medulares (flecha azul) en el territorio cortical profundo, como de células corticales (flecha roja) en la zona medular superficial.
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Suprarrenal (Médula). HE (5). 20x. Región superficial de la medular de la glándula suprarrenal del conejo. En la imagen aparecen mezcladas las células medulares (flechas rojas) (de citoplasma más o menos basófilo) con pequeños grupos de células (flechas azules) pertenecientes a la cortical (poseen citoplasmas levemente eosinófilos o pálidos, debido a la presencia de gotitas lipídicas). (Asteriscos: vasos sanguíneos de luz muy amplia en el seno de septos vásculo-conjuntivos).
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Suprarrenal (Médula). HE (6). 40x. Medular de la glándula suprarrenal del conejo. Las células medulares (asterisco rojo) poseen un citoplasma basófilo, y a menudo tienen forma alargada, disponiéndose “en empalizada” rodeando a vasos sanguíneos (V) de luz amplia y finísima pared. Hay también algunos grupos de células corticales (asterisco azul), caracterizadas por presentar una apetencia tintorial ligeramente eosinófila y abundantes gotitas lipídicas.
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Islotes de Langerhans (páncreas endocrino). HE (1). Humano. Panorámica de una sección de páncreas en la que se observan abundantes estructuras redondeadas, pequeñas y pálidas, distribuidas irregularmente en el seno de esta glándula exocrina. Son los islotes de Langerhans (puntas de flecha), componente endocrino del páncreas.
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Islotes de Langerhans (páncreas endocrino). HE (2). Humano. 10x. Los islotes de Langerhans (I) se observan como estructuras redondeadas, más pálidas que los túbulo-acinos (T) de la parte exocrina de la glándula. En los cortes histológicos aparecen con tamaños variables, dependiendo del plano de corte. (Flechas: conductos excretores del páncreas exocrino, con la luz ocupada por secreción).
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Islotes de Langerhans (páncreas endocrino). HE (3). Humano. 20x. Islote de Langerhans (I) rodeado por túbulo-acinos serosos (T). Sus células, considerablemente más pálidas que las de los túbulo-acinos, se disponen formando cordones y nidos separados por septos vásculo-conjuntivos (puntas de flecha). Puede decirse, por tanto, que los islotes de Langerhans poseen el aspecto histológico de una glándula endocrina del tipo macizo, cordonal o trabecular.
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Islotes de Langerhans (páncreas endocrino). HE (4). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de un islote de Langerhans. Sus células, más pálidas que las que componen los túbulo-acinos serosos exocrinos (T), se disponen en nidos y cordones separados por septos vásculo-conectivos (asterisco). Con hematoxilina-eosina es muy difícil distinguir tipos celulares endocrinos (A o alfa, B o beta, D o delta,....) en el islote. Algunas células periféricas con cierta eosinofilia corresponderían a células A o alfa (punta de flecha). La mayoría del resto de las células serían células B o beta.
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Islotes de Langerhans (páncreas endocrino). HE (5). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de un islote de Langerhans. Sus células endocrinas son más pálidas que las de los túbulo-acinos serosos (T) del páncreas exocrino, y se disponen en nidos y cordones separados por septos vásculo-conjuntivos. Con técnicas histológicas convencionales, como la hematoxilina-eosina, es muy difícil distinguir tipos celulares endocrinos (A o alfa, B o beta, D o delta,....) en el islote. Algunas células con cierta eosinofilia, localizadas periféricamente, corresponderían a células A o alfa (flecha). La mayoría del resto de las células serían células B o beta.
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Pineal. HE (1). Humano. Imagen panorámica de una glándula pineal seccionada sagitalmente. Anatómicamente se relaciona con la comisura habenular (H) (donde existen numerosas calcificaciones) y con la comisura posterior (P). La glándula se encuentra recubierta por una cápsula conjuntiva (C) de donde parten tabiques (punta de flecha) hacia el interior de la pineal, que se ramifican para formar pequeños lobulillos (L) irregulares. Es característico de la pineal encontrar concreciones cálcicas (flechas) muy basófilas, de tamaños muy variados y con frecuencia de contorno irregular. También se observan manchas gliales (G) y pequeñas cavidades quísticas (Q).
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Pineal. HE (2). Humano. 4x. Organización del parénquima de la glándula pineal, formado por pinealocitos, en pequeños lobulillos (L) delimitados por tabiques conjuntivos (asterisco) que se ramifican.
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Pineal. HE (3). Humano. 10x. Los pinealocitos se agrupan de forma irregular en el interior de lobulillos (L), separados por tabiques conjuntivos (C) que se ramifican en el interior de la glándula.
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Pineal. HE (4). Humano. 10x. En la glándula pineal se pueden encontrar manchas gliales (G), formadas por astrocitos. Presentan un aspecto fibrilar, debido a la agrupación de prolongaciones astrocitarias, con escasa densidad de núcleos. Inmersas en el parénquima pineal, se encuentran concreciones cálcicas (flechas), muy basófilas, de tamaño muy variado, y con frecuencia se rompen como consecuencia de la técnica histológica.
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Pineal. HE (5). Humano. 4x. Mancha glial (G) en el espesor de la glándula pineal. Presenta un aspecto claro, fibrilar, con escasa densidad de núcleos, y tiene un contorno irregular, donde las prolongaciones gliales se entremezclan con los pinealocitos. En el interior de la mancha se puede observar alguna pequeña concreción cálcica (punta de flecha). Alrededor de la mancha, en relación con el parénquima pineal, hay numerosas concreciones cálcicas, muchas de contorno irregular adquiriendo un aspecto morular (flechas).
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Pineal. HE (6). Humano. 10x. Detalle de la mancha glial (G) de la imagen anterior. Presenta una escasa densidad de núcleos, correspondientes a astrocitos, y entre ellos se observan estructuras fibrilares. Se pueden observar pequeñas concreciones cálcicas (punta de flecha) en el espesor de la mancha, que contrastan con el gran tamaño de las concreciones (flechas) situadas en el parénquima pineal.
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Pineal. PTAH (1). Humano. Panorámica de una glándula pineal teñida con la técnica de la hematoxilina fosfotúngstica, la cual destaca las manchas gliales por teñir las prolongaciones astrocitarias de color azulado. En la imagen se muestran dos manchas gliales (G), estando una d ellas rodeada por numerosas concreciones cálcicas (C). El resto de la superficie de corte corresponde al parénquima pineal (P), donde se observan algunos tabiques conjuntivos ramificados (flecha).
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Pineal. PTAH (2). Humano. 10x. La mancha glial (G) destaca con esta técnica, al teñirse las prolongaciones astrocitarias de color azulado. Entremezclados con las prolongaciones se identifican los núcleos de los astrocitos. De los márgenes de la mancha, surgen prolongaciones (flecha) que penetran en el parénquima y se mezclan con los pinealocitos. En la vecindad de la mancha glial se encuentran numerosas concreciones cálcicas (C) de contorno irregular.
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Pineal. PTAH (3). Humano. 20x. Detalle del límite entre la mancha glial (G) y el parénquima pineal (P). La mancha está compuesta por numerosas prolongaciones astrocitarias que se entrecruzan formando un compacto entramado, donde se encuentran los núcleos de los astrocitos. En la zona límite de la mancha, surgen prolongaciones astrocitarias (flechas) que invaden el parénquima y se entremezclan con los pinealocitos.
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