Encía. HE (1). Humano. 4x. La encía constituye el llamado periodonto de protección. En este fragmento de encía, a bajo aumento, se puede distinguir el epitelio de revestimiento (E), que descansa sobre la lámina propia o corion (LP), que es tejido conjuntivo. Esta encía es patológica: además de existir focos de infiltrado inflamatorio crónico (flechas rojas) en la lámina propia, las crestas epiteliales (flechas azules) son largas, muy profundas, y a menudo se fusionan entre sí. El cuadro histológico se denomina “hiperplasia pseudoepiteliomatosa” (se trata de un proceso reactivo, no tumoral).
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Encía. HE (2). Humano. 20x. La encía es mucosa oral tipo mucosa masticatoria. Su epitelio (E), habitualmente, es plano estratificado paraqueratinizado, como el que muestra la imagen (también puede ser ortoqueratinizado, o -menos frecuentemente- malpigiano). Se observan varias papilas conjuntivas (P) correspondientes a lámina propia, algunas de las cuales aparecen como si estuvieran “aisladas” en el epitelio, por efecto del plano de corte. (Flechas: estrato córneo, en el que los núcleos de los corneocitos o escamas córneas se hallan conservados).
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Encía. HE (3). Humano. 40x. Epitelio plano estratificado paraqueratinizado de la encía. El estrato granuloso no se aprecia, mientras que los corneocitos o escamas córneas del relativamente delgado estrato córneo (flechas) han conservado sus núcleos celulares (puntas de flecha azules), de aspecto aplanado y denso. (Puntas de flecha rojas: canales faciales o interfaciales, mostrando las típicas “espinas”, en el estrato espinoso del epitelio. P: papila conjuntiva, perteneciente a la lámina propia).
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Lengua. Papilas filiformes. HE (1). 2x. Mucosa lingual dorsal, en la que se aprecian múltiples papilas filiformes (flechas), las más abundantes, y una papila fungiforme (F) seccionada algo tangencialmente. Todas estas papilas linguales poseen un eje de tejido conjuntivo (es lámina propia), sin glándulas ni músculo, revestido por epitelio. Hay una intensa descamación (asterisco) de células epiteliales en la superficie de la mucosa. La parte inferior de la imagen corresponde ya a la porción muscular (M) de la lengua. (Lp: lámina propia de la mucosa lingual).
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Lengua. Papilas filiformes. HE (2). 4x. En la mucosa especializada de los dos tercios anteriores del dorso de la lengua, se observan múltiples papilas filiformes finas y alargadas, que constan de un eje de tejido conjuntivo (flechas azules) revestido por un epitelio malpigiano (flechas rojas), que sobre todo en el extremo de las papilas presenta una evidente paraqueratinización (puntas de flecha). (Lp: lámina propia de la mucosa lingual. Asterisco: células epiteliales descamadas. M: porción muscular de la lengua).
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Lengua. Papilas filiformes. HE (3). 4x. Estas papilas constan de un eje de tejido conjuntivo (flechas azules), con a veces “papilas secundarias” (puntas de flecha rojas), revestido por un epitelio malpigiano (flechas rojas), el cual presenta una marcada paraqueratinización (puntas de flecha azules) sobre todo en el extremo de las papilas. A la izquierda se aprecia una papila fungiforme (F) seccionada algo tangencialmente, que también posee paraqueratinización en su parte superior. (Lp: lámina propia de la mucosa lingual. Asterisco: células epiteliales descamadas. M: porción muscular de la lengua).
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Lengua. Papilas filiformes. HE (4). 10x. Las papilas filiformes son alargadas, de forma puntiaguda. Su epitelio de revestimiento (E) es de tipo malpigiano, pero tanto en el extremo de la papila como a veces en las regiones laterales cercanas al mismo, el epitelio se vuelve paraqueratinizado, es decir, presenta un estrato córneo (flechas) en el que los núcleos celulares se han conservado. (C: eje conjuntivo de la papila. Asterisco: células epiteliales descamadas).
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Lengua. Papilas filiformes. HE (5). 20x. El epitelio de la papila filiforme del centro de esta imagen es malpigiano (asterisco) en el lado derecho de la papila, mientras que tanto en su extremo como en el lado izquierdo, presenta paraqueratinización o paraqueratosis: es, pues, plano estratificado paraqueratinizado, con un estrato granuloso apenas perceptible (se ve algún diminuto gránulo de queratohialina, punta de flecha) y un estrato córneo (flechas) en el que los corneocitos han conservado el núcleo celular. (C: eje conjuntivo de la papila).
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Lengua. Papilas filiformes. HE (6). 10x. Porción muscular de la lengua (no se observa mucosa lingual). Es característico de la lengua el que se entrecrucen fascículos de miocitos esqueléticos (dobles flechas), teniendo en cuenta que en cada fascículo las fibras se disponen paralelas entre sí. En la imagen se observan miocitos estriados esqueléticos seccionados tanto transversal (T) como longitudinalmente (L). Nótese la ausencia absoluta de glándulas lavadoras. (Flecha: tabique conjuntivo).
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Lengua. Papilas caliciformes. HE (1). Humano. 2x. Las papilas caliciformes (o circumvaladas) (PC) forman la “V” lingual. Constan de un eje conjuntivo, sin glándulas ni músculo, revestido por epitelio malpigiano. Son papilas grandes que aparecen como semihundidas en el espesor de la mucosa del dorso de la lengua, rodeadas por un profundo surco, la cripta o valle papilar (flechas). Compárese el gran tamaño de estas papilas con la pequeña papila filiforme (punta de flecha) situada a la derecha. (Asterisco rojo: glándulas lavadoras de Von Ebner. Asterisco azul: miocitos esqueléticos).
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Lengua. Papilas caliciformes. HE (2). Humano. 4x. Estas papilas constan de un eje conjuntivo (C) revestido por epitelio malpigiano (E). En el epitelio de la región lateral de la papila existen botones o corpúsculos gustativos (puntas de flecha rojas). Se observa una gran cantidad de glándulas lavadoras de Von Ebner (asteriscos rojos). Son serosas puras, llegan a profundizar una notable distancia en el seno de la porción muscular de la lengua, y sus conductos excretores desembocan (flecha) en el fondo de la cripta papilar (asterisco azul). (Puntas de flecha azules: “papilas secundarias”).
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Lengua. Papilas caliciformes. HE (3). Humano. 10x. El epitelio de revestimiento (E) de la papila caliciforme (a la derecha) es plano estratificado no queratinizado (malpigiano). En la región lateral de la papila, este epitelio presenta unas áreas más pálidas: son los botones gustativos (flechas) (también llamados yemas gustativas o corpúsculos gustativos). El tejido conjuntivo que forma el eje de la papila (derecha, asterisco azul) no posee glándulas ni músculo, y es más laxo que el conjuntivo de la lámina propia (izquierda, asterisco rojo) del resto de la mucosa lingual. (Cr: cripta papilar).
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Lengua. Papilas caliciformes. HE (4). Humano. 20x. Cripta o valle papilar (Cr), que aparece limitada por dos epitelios de revestimiento, ambos malpigianos: a la derecha, el epitelio (1) de la superficie lateral de la papila caliciforme, que contiene varios botones gustativos (flechas) con forma de tonel, más pálidos que el epitelio circundante; a la izquierda, el epitelio (2) del resto de la mucosa lingual. (Asterisco: tejido conjuntivo que forma el eje de la papila).
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Lengua. Papilas caliciformes. HE (5). Humano. 40x. Los botones gustativos (B) se identifican fácilmente por ser más pálidos que el epitelio (E) circundante. Tienen forma de tonel, ocupan todo el espesor del epitelio, y están formados por células alargadas, paralelas al eje mayor del botón. En esta muestra no es sencillo distinguir tipos celulares dentro del botón, pero en la porción más superficial de dos de ellos sí que se aprecia una pequeña depresión, la fosita gustativa (puntas de flecha). (Asterisco: tejido conjuntivo que forma el eje de la papila. Cr: cripta papilar).
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Lengua. Papilas caliciformes. HE (6). Humano. 10x. En la parte superior derecha de esta imagen (obsérvese la figura 2 para una más fácil ubicación) puede verse el fondo de la cripta papilar (Cr), en el que está desembocando un conducto excretor (asteriscos) de las glándulas lavadoras de Von Ebner (VE), serosas puras, cuyas porciones secretoras forman extensos agregados que no sólo ocupan la región más profunda de la mucosa lingual, sino que se introducen muy profundamente en la porción muscular de la lengua (véase la siguiente imagen).
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Lengua. Papilas caliciformes. HE (7). Humano. 40x. Las glándulas lavadoras de Von Ebner se consideran glándulas salivales menores, son serosas puras, y sus porciones secretoras llegan a introducirse muy profundamente en la porción muscular de la lengua. Vemos aquí un grupo de túbulo-acinos serosos (S) de estas glándulas, junto a miocitos estriados esqueléticos. En uno de esos miocitos, seccionado longitudinalmente, es perfectamente visible la característica estriación transversal (flecha) de este tipo celular.
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Botones gustativos. HE (1). Conejo. 4x. En la parte superior de la imagen aparecen seccionadas transversalmente varias papilas foliadas o foliáceas (Pf), muy desarrolladas en la lengua del conejo. Poseen un eje de tejido conjuntivo, de apariencia ramificada, revestido por un epitelio malpigiano (plano estratificado no queratinizado) (flecha). Aun a bajo aumento, se observan botones gustativos (puntas de flecha) en el epitelio de las superficies laterales de cada papila. (G: glándulas lavadoras (serosas puras). M: miocitos estriados esqueléticos de la musculatura lingual).
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Botones gustativos. HE (2). Conejo. 10x. Papilas foliadas seccionadas transversalmente. Están revestidas por un epitelio malpigiano (E), con largas y delgadas crestas epiteliales (C) que se intercalan con papilas conjuntivas (P). En las superficies laterales de las papilas están los botones gustativos (b), más pálidos que el epitelio circundante. (Lp: lámina propia de la mucosa lingual. G: glándulas lavadoras. Flecha: conducto excretor de una glándula lavadora desembocando en el surco existente entre dos papilas foliadas contiguas. Asterisco: miocitos estriados esqueléticos).
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Botones gustativos. HE (3). Conejo. 20x. Las papilas foliadas están revestidas por un epitelio malpigiano (E), con largas y delgadas crestas epiteliales (C) que se intercalan con estrechas papilas conjuntivas (“papilas secundarias”) (P). En las superficies laterales de las papilas están los botones gustativos (b), más pálidos que el epitelio circundante. Se observa con facilidad la fosita gustativa (puntas de flecha) en varios de los botones. (Lp: lámina propia de la mucosa lingual. Asteriscos: conductos excretores de glándulas lavadoras).
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Botones gustativos. HE (4). Conejo. 40x. Los botones gustativos (asterisco) se identifican fácilmente por ser más pálidos que el epitelio (E) circundante. Tienen forma de tonel, y están formados por células alargadas, paralelas al eje mayor del botón. En la imagen pueden distinguirse dos tipos celulares: células claras (punta de flecha azul) y células oscuras (punta de flecha roja). En la porción más superficial del botón hay una pequeña depresión, la fosita gustativa (flecha azul), rellena de un material amorfo y eosinófilo. (Tc: tejido conjuntivo. Flecha roja: mitosis de una célula epitelial).
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Botones gustativos. HE (5). Conejo. 20x. En relación con las papilas foliadas existen abundantes glándulas lavadoras (G), serosas puras, consideradas glándulas salivales menores. Como puede observarse en la imagen, se hallan tanto en la lámina propia (Lp) de la mucosa lingual como en la porción muscular de la lengua, entremezclándose con los fascículos de miocitos estriados esqueléticos (M). Hay dos pequeños conductos excretores (flechas) de estas glándulas, seccionados transversalmente. (E: epitelio de revestimiento. Punta de flecha: soma de una neurona vegetativa).
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Lengua. PTAH (1). 2x. Sección frontal de la lengua (perpendicular a su eje mayor). En la parte superior de la imagen se aprecia la mucosa lingual dorsal, con abundantes papilas (flechas). Justo por debajo, de color rojo intenso, se ve una banda conjuntiva que es la lámina propia (asterisco) de la mucosa. Por debajo se sitúa la porción muscular (M) de la lengua, con haces de miocitos estriados esqueléticos orientados en múltiples direcciones. El septo conjuntivo central que discurre verticalmente es el rafe medio (puntas de flecha).
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Lengua. PTAH (2). 2x. Borde lateral de la lengua. Se observa la transición entre la mucosa dorsal (asterisco azul) y la mucosa de la cara ventral de la lengua (asterisco rojo), la cual se considera tipo mucosa vestibular (con epitelio malpigiano, sin papilas). Nótese cómo las papilas de la mucosa lingual dorsal van disminuyendo de tamaño conforme se aproximan al borde de la lengua, hasta desaparecer por completo. (Punta de flecha: punto exacto donde comenzaría ya, en sentido ventral, la mucosa de la superficie inferior de la lengua. M: porción muscular de la lengua. A: adipocitos uniloculares).
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Lengua. PTAH (3). 20x. Porción muscular de la lengua (no hay mucosa lingual en la imagen). Se observan miocitos estriados esqueléticos seccionados tanto transversal (T) como longitudinalmente (L). En estos últimos, la técnica de la hematoxilina fosfotúngstica permite apreciar con facilidad la estriación transversal.
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Amígdala palatina. HE (1). Humano. 2x. La superficie de la amígdala palatina está tapizada por un epitelio malpigiano (plano estratificado no queratinizado) (flecha). Dicha superficie posee abundantes invaginaciones que se dirigen hacia la profundidad del órgano, las llamadas criptas amigdalares o amigdalinas (C). Una gran cantidad de tejido linfoide, con numerosos folículos linfoides, infiltra masivamente el tejido conjuntivo de la lámina propia. (G: centros germinativos de los folículos linfoides).
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Amígdala palatina. HE (2). Humano. 4x. En esta imagen, el plano de corte permite comprobar cómo una cripta amigdalar (C) comunica (asterisco) con la superficie de la amígdala. La luz de la cripta contiene abundantes detritus celulares, fundamentalmente células epiteliales descamadas (punta de flecha). (No debe olvidarse que, en este tipo de amígdala, no desembocan conductos excretores de glándulas salivales en el fondo de las criptas). (Flecha: epitelio malpigiano de la cripta. L: tejido linfoide que infiltra la lámina propia).
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Amígdala palatina. HE (3). Humano. 4x. Fondo de una cripta amigdalar, que se introduce profundamente en el espesor de la lámina propia. Se observa el epitelio malpigiano (flecha) que tapiza la superficie interna de la cripta, así como la luz de la misma (asterisco), parcialmente ocupada por células epiteliales descamadas y leucocitos. En el abundante tejido linfoide de la lámina propia, destacan los folículos linfoides, que presentan centros germinativos (G) llamativamente desarrollados.
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Amígdala palatina. HE (4). Humano. 10x. El epitelio (E) que reviste las criptas amigdalares es de tipo malpigiano (plano estratificado no queratinizado), si bien parece presentar paraqueratinización (punta de flecha) en algunas áreas. Numerosos linfocitos infiltran el epitelio, lo cual hace que presente un aspecto como “apolillado”, con pequeños orificios. En la luz de la cripta se acumulan (asterisco) abundantes células epiteliales descamadas, así como linfocitos. En el tejido linfoide de la lámina propia destacan dos folículos linfoides, con centros germinativos (G) muy desarrollados.
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Amígdala palatina. HE (5). Humano. 20x. Epitelio de revestimiento malpigiano (E) que reviste una cripta amigdalar. Está infiltrado por abundantes leucocitos, sobre todo linfocitos, lo cual hace que presente un aspecto “apolillado”, con pequeños orificios. (G: centro germinativo, llamativamente desarrollado, de un folículo linfoide. Asterisco: detritus celulares, principalmente células epiteliales descamadas, en la luz de la cripta. V: vaso sanguíneo en la lámina propia).
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Amígdala lingual. HE (1). 2x. En el tercio posterior de la lengua es donde se localiza anatómicamente la amígdala lingual, formación linfoide situada en la mucosa. Consta de un epitelio malpigiano (plano estratificado no queratinizado) (flecha), y de una lámina propia (Lp) masivamente ocupada por tejido linfoide, en el que se observan algunos centros germinativos (asterisco). La superficie de la mucosa se invagina a menudo formando profundas criptas amigdalares (C). (G: glándulas de Weber. Puntas de flecha: fascículos de miocitos esqueléticos).
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Amígdala lingual. HE (2). 4x. En esta imagen puede observarse una cripta amigdalar (C), tapizada por un epitelio malpigiano (flecha). La lámina propia de la mucosa posee abundante tejido linfoide, en el que se aprecian centros germinativos (asteriscos). Inmediatamente por debajo de la mucosa destacan las numerosas glándulas linguales posteriores (o de Weber) (G). Es posible ver, además, varios pequeños conductos excretores (puntas de flecha) de estas glándulas, que acabarán por desembocar (en otro plano de corte) en la luz de las criptas.
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Amígdala lingual. HE (3). 10x. Cripta amigdalar (C), tapizada por un epitelio malpigiano (E) que en algunos puntos está extraordinariamente adelgazado (abajo, a la izquierda). La lámina propia está masivamente infiltrada por un tejido linfoide en el que destaca la presencia de algunos folículos linfoides con su centro germinativo (asterisco).
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Amígdala lingual. HE (4). 20x. La lámina propia de la amígdala lingual, que ocupa toda la imagen, está masivamente infiltrada por un tejido linfoide en el que pueden verse folículos linfoides con su centro germinativo (asterisco). Arriba, a la derecha, un conducto excretor (flecha) de una glándula lingual posterior se ha seccionado transversalmente.
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Amígdala lingual. HE (5). 10x. Glándulas linguales posteriores (también llamadas glándulas de Weber). Son glándulas salivales menores, mucosas puras. Por ello, en la imagen se aprecia un gran número de típicos túbulo-acinos mucosos (asteriscos). En la parte inferior de la imagen hay un pequeño conducto excretor (flecha). Las bandas eosinófilas corresponden a delgados fascículos de miocitos estriados esqueléticos (M).
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Glándula parótida. HE (1). Humano. 2x. La parótida es una glándula salival mayor, serosa pura. El parénquima está constituido por túbulo-acinos serosos y por un sistema de conductos excretores (flechas azules) de calibres progresivamente crecientes hasta llegar al conducto principal. Abundantes adipocitos (flechas rojas), localizados en el estroma conjuntivo, están dispersos por toda la glándula. Se aprecian septos o tabiques conjuntivos (puntas de flecha) que dividen la glándula en porciones más pequeñas (lóbulos y lobulillos). Las áreas eosinófilas son vasos sanguíneos llenos de hematíes.
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Glándula parótida. HE (2). Humano. 4x. Los túbulo-acinos (unidades secretoras) de esta glándula son todos de tipo seroso. Están tan próximos entre sí (separados por septos conjuntivos muy finos) que a este aumento tan bajo apenas pueden individualizarse. Se mezclan, además, con los conductos excretores más finos (con flechas se marcan algunos conductos estriados). Hay tabiques conjuntivos gruesos que albergan conductos excretores (asterisco) de mayor calibre. Las áreas eosinófilas corresponden a vasos sanguíneos repletos de hematíes. (A: adipocitos del estroma).
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Glándula parótida. HE (3). Humano. 10x. Aunque están muy próximos entre sí, en esta imagen pueden ya distinguirse individualmente los túbulo-acinos serosos (flechas azules). Entre ellos aparecen dispersos, mezclándose, conductos estriados (flechas rojas). Los adipocitos uniloculares (A), aislados o formando pequeños grupos, se muestran como huecos vacíos. Un grueso tabique conjuntivo, en el centro y arriba, alberga varios vasos sanguíneos y conductos excretores (asterisco) de mayor calibre.
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Glándula parótida. HE (4). Humano. 20x. Conducto estriado (E) seccionado transversalmente. Posee una luz amplia, con algunos restos de saliva, y está tapizado por un epitelio cúbico/prismático simple. No se halla en el interior de un tabique conjuntivo grueso, sino disperso entre los túbulo-acinos. Arriba a la derecha puede verse un conducto excretor más delgado, que probablemente sea un conducto intercalar o de Boll (flecha). (TA: túbulo-acinos serosos. A: adipocitos uniloculares. Puntas de flecha: capilares sanguíneos).
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Glándula parótida. HE (5). Humano. 40x. Dos conductos estriados (E) seccionados transversalmente, dispersos entre los túbulo-acinos (TA). Poseen una luz amplia, con a veces restos de saliva, y están tapizados por un epitelio cúbico simple alto (o prismático simple bajo). Es muy característica la presencia de capilares sanguíneos (flechas) situados en la inmediata vecindad de estos conductos. En esta imagen pueden observarse, como pequeñas granulaciones eosinófilas, los gránulos de secreción serosos (puntas de flecha) en los túbulo-acinos. (A: adipocitos uniloculares).
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Glándula submaxilar. HE (1). Humano. 10x. La glándula submaxilar o submandibular es mixta, de predominio seroso. Por ello existen abundantes túbulo-acinos serosos (flecha azul), así como túbulo-acinos mixtos (flecha roja). Los túbulo-acinos, junto con los conductos excretores (Ce), constituyen el parénquima de la glándula. El estroma conjuntivo lo componen la cápsula (Ca), tabiques conjuntivos (T) de grosores diferentes, que parcelan la glándula en lóbulos y lobulillos, y el tejido conjuntivo intralobulillar, muy laxo, donde están incluidos los túbulo-acinos y los conductos excretores más finos.
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Glándula submaxilar. HE (2). Humano. 10x. Los túbulo-acinos serosos (flecha azul) son mayoría en la glándula submaxilar, si bien no es difícil encontrar túbulo-acinos mixtos (flecha roja), dado el aspecto pálido de las células mucosas. Dispersos entre los túbulo-acinos, se observan varios conductos estriados (asteriscos), fácilmente identificables por su evidente luz y su epitelio cúbico/prismático simple. Tabiques o septos conjuntivos (T) de grosores variables parcelan la glándula en porciones más pequeñas. (A: adipocitos uniloculares. N: nervio).
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Glándula submaxilar. HE (3). Humano. 20x. Abundantes túbulo-acinos serosos (flechas), más teñidos, y algunos túbulo-acinos mixtos (M), fácilmente distinguibles por la escasa apetencia tintorial de las células mucosas (que ocupan su parte central), y por la presencia (en su periferia) de formaciones de aspecto semilunar (semilunas de Gianuzzi, puntas de flecha azules) constituidas por células serosas. Hay además varios conductos estriados (asteriscos), así como un pequeño conducto intercalar o de Boll (punta de flecha roja) en la parte inferior izquierda de la imagen. (T: septo conjuntivo).
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Glándula submaxilar. HE (4). Humano. 20x. Los túbuloacinos mixtos (M) a veces se muestran como formaciones grandes, como el que aparece en el centro de la imagen. En su centro hay una porción mucosa, de aspecto pálido, ramificada, y con luz (punta de flecha) visible. Las células serosas se agrupan periféricamente, formando unas estructuras con forma de media luna, las semilunas de Gianuzzi (flechas azules). Además se aprecian septos conjuntivos (flechas rojas). (Se: túbulo-acinos serosos. Asteriscos: conductos estriados, con restos de saliva en el interior).
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Glándula submaxilar. HE (5). Humano. 40x. Los túbulo-acinos mixtos, como los que se observan en el lado izquierdo de la imagen, constan de una parte mucosa, situada internamente, con típicas células mucosas (flechas azules) (citoplasma muy pálido, núcleo de cromatina densa, aplanado y desplazado hacia la porción basal de la célula), y de una parte serosa, con células serosas (citoplasma más teñido, núcleo redondeado de cromatina relativamente laxa) que se agrupan periféricamente formando las semilunas de Gianuzzi (flechas rojas). (Se: túbulo-acinos serosos).
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Glándula submaxilar. HE (6). Humano. 40x. Múltiples túbulo-acinos serosos (Se), más teñidos, y varios túbulo-acinos mixtos (M), con su porción central pálida, de carácter mucoso, y sus semilunas de Gianuzzi (flechas), de naturaleza serosa, localizadas periféricamente. Arriba a la derecha se observan tres conductos estriados (E), con su epitelio cúbico/prismático simple y su luz, amplia y ocupada por restos de saliva. El epitelio de los conductos estriados aparece a veces como despegado, existiendo debajo del mismo un pequeño espacio claro (punta de flecha): se trata de un artefacto de fijación.
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Glándula submaxilar. PAS (1). Humano. 4x. En esta imagen se comprueba cómo los tabiques conjuntivos (asteriscos) del estroma dividen la glándula en porciones más pequeñas: lóbulos y sobre todo lobulillos (Lo). En estos últimos se localizan tanto los túbulo-acinos serosos como los mixtos (con su porción mucosa PAS positiva), así como los conductos excretores más pequeños (intralobulillares): intercalares o de Boll, no detectables a este aumento, y estriados (punta de flecha). En el seno de tabiques conjuntivos gruesos es fácil ver conductos excretores extralobulillares (flechas).
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Glándula submaxilar. PAS (2). Humano. 10x. Los túbulo-acinos mixtos (M) se distinguen muy bien con la técnica del ácido periódico-Shiff (PAS) (se ha utilizado hematoxilina como contraste nuclear), puesto que las células mucosas (flechas azules) son intensamente PAS positivas, apareciendo de color magenta. Las semilunas de Gianuzzi (puntas de flecha), componente seroso de los túbulo-acinos mixtos, se tiñen mucho menos, del mismo modo que los túbulo-acinos serosos (flechas rojas), que son los más abundantes. (Asterisco azul: conducto estriado. Asterisco rojo: conducto excretor extralobulillar).
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Glándula submaxilar. PAS (3). Humano. 20x. Los túbulo-acinos mixtos se distinguen muy bien con esta técnica, gracias a la intensa PAS positividad de sus células mucosas (flechas azules), las cuales ocupan una posición central y aparecen de color magenta intenso. Las semilunas de Gianuzzi (puntas de flecha), constituidas por células serosas, se localizan periféricamente, y se tiñen mucho menos, del mismo modo que los túbulo-acinos serosos (flechas rojas), que son los más abundantes. (Asteriscos azules: conductos estriados. Asterisco rojo: conducto excretor extralobulillar en un septo conjuntivo).
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Glándula submaxilar. PAS (4). Humano. 40x. En esta imagen a gran aumento pueden observarse varios túbulo-acinos mixtos, con sus porciones mucosas (M) intensamente PAS positivas y localizadas centralmente, rodeadas por las semilunas de Gianuzzi (flechas), formadas por células serosas, que se tiñen mucho menos, del mismo modo que los túbulo-acinos serosos (S). A la izquierda y abajo hay un conducto estriado (E), con su epitelio cúbico/prismático simple y una luz amplia con restos de saliva, también teñidos de color magenta por su contenido rico en hidratos de carbono.
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Glándula submaxilar. PTAH (1). Humano. 4x. Con hematoxilina fosfotúngstica se ponen de manifiesto, teñidos de un llamativo color azul, los conductos estriados (puntas de flecha azules). Hay otros conductos excretores (flechas) de mayor calibre, ya extralobulillares, como los que se hallan a la izquierda, que están en el seno de tabiques conjuntivos gruesos de color rojo intenso. Aunque los adipocitos uniloculares (A) del estroma son sobre todo típicos de la parótida, también pueden aparecer en la glándula submaxilar. (Puntas de flecha rojas: porciones mucosas de túbulo-acinos mixtos).
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Glándula submaxilar. PTAH (2). Humano. 10x. Los conductos estriados (flechas azules) son intralobulillares, y aparecen dispersos entre los túbulo-acinos. Se tiñen de color azul intenso con esta técnica debido a que poseen abundantes mitocondrias. Otros conductos excretores (asterisco), ya extralobulillares, tienen una luz mucho más amplia y -si bien su epitelio de revestimiento también aparece teñido de azul- se hallan en el seno de tabiques conjuntivos gruesos. (S: túbulo-acinos serosos. Flechas rojas: porciones mucosas de túbulo-acinos mixtos. A: adipocitos uniloculares).
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Glándula submaxilar. PTAH (3). Humano. 20x. El epitelio de los conductos estriados (E), como el que aparece en el centro de la imagen, se tiñe de un color azul intenso con la hematoxilina fosfotúngstica, debido a su riqueza en mitocondrias. Estos conductos son intralobulillares y se hallan dispersos entre los túbulo-acinos, de los cuales les separan finos septos vásculo-conjuntivos apenas perceptibles. Poseen una luz amplia y un epitelio de revestimiento cúbico/prismático simple. (S: túbulo-acinos serosos. M: porciones mucosas de túbulo-acinos mixtos. A: adipocitos uniloculares).
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Glándula submaxilar. PTAH (4). Humano. 40x. Conductos estriados (E), con amplia luz y epitelio de revestimiento (cúbico/prismático simple) teñido de azul. En estas células epiteliales se observa la llamada “estriación basal” (puntas de flecha azules): unas finas líneas más marcadas, perpendiculares a la membrana de la mitad basal de la célula (corresponden a mitocondrias de forma alargada). A este aumento, en los polos apicales de las células de los túbulo-acinos serosos (S) se distinguen granos de secreción (puntas de flecha rojas). (Flecha: células mioepiteliales seccionadas tangencialmente).
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Glándula submaxilar. PTAH (5). Humano. 40x. Los conductos estriados (E) poseen una luz amplia y un epitelio de revestimiento teñido de azul. En estas células epiteliales se aprecia la llamada “estriación basal” (puntas de flecha azules): unas finas líneas más marcadas, perpendiculares a la membrana de la mitad basal de la célula (corresponden a mitocondrias de forma alargada). A este aumento, en los polos apicales de las células de los túbulo-acinos serosos (S) es posible distinguir los granos de secreción (puntas de flecha rojas). (A: adipocitos. M: porción mucosa de un túbulo-acino mixto).
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Glándula submaxilar. PTAH (6). Humano. 40x. Conductos intercalares o de Boll (B) desembocando en un conducto estriado (E). Más pequeños que los conductos estriados, los conductos intercalares poseen una luz estrecha y un epitelio de revestimiento cúbico simple, con poca apetencia tintorial. Tanto los conductos intercalares como los estriados son conductos intralobulillares, por lo que están dispersos entre los túbulo-acinos, y el tejido conjuntivo que los rodea es escaso y apenas perceptible. En los túbulo-acinos serosos (S), es posible llegar a ver los granos de secreción serosos (puntas de flecha).
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Glándula sublingual. HE (1). Humano. 2x. La glándula sublingual es una glándula salival mayor, mixta de predominio mucoso. En esta imagen, a muy bajo aumento, vemos innumerables túbulo-acinos notablemente pálidos, dada la escasa apetencia tintorial de las células de secreción mucosa. Se observa también la cápsula conjuntiva (flecha azul), así como tabiques conjuntivos, tanto finos (puntas de flecha) como más gruesos, los cuales albergan conductos excretores (flechas rojas) con luz relativamente amplia.
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Glándula sublingual. HE (2). Humano. 4x. En el centro de esta imagen se observa un tabique conjuntivo suficientemente ancho como para albergar varios conductos excretores (flechas azules) de calibre relativamente grueso, así como vasos sanguíneos (flecha roja). Alrededor se sitúan innumerables túbulo-acinos (punta de flecha azul) (mucosos y mixtos), entre los que se llegan a distinguir algunos pequeños conductos excretores, los conductos estriados (punta de flecha roja).
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Glándula sublingual. HE (3). Humano. 10x. Tanto los innumerables túbulo-acinos (flechas azules) (mucosos y mixtos), como los menos numerosos conductos estriados (flechas rojas) (que aparecen dispuestos al azar entre los túbulo-acinos), están rodeados por finos tabiques vásculo-conjuntivos, los cuales apenas llegan a distinguirse en las observaciones hechas a aumentos medianos o bajos del microscopio.
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Glándula sublingual. HE (4). Humano. 10x. Septo conjuntivo grueso en el que aparece seccionado longitudinalmente un conducto excretor (asterisco), tapizado por un epitelio prismático estratificado. Se observan también dos arterias musculares (A), así como un ganglio vegetativo (G), con somas neuronales. Por fuera de este septo conjuntivo, son perfectamente identificables tanto los túbulo-acinos mucosos/mixtos (flecha azul) como los conductos estriados (flecha roja).
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Glándula sublingual. HE (5). Humano. 20x. Túbulo-acinos (flechas azules) mucosos y mixtos. Llama la atención su escasa apetencia tintorial, hecho característico de las células de secreción mucosa. Dispersos entre los túbulo-acinos se distinguen varios conductos estriados (flechas rojas).
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Glándula sublingual. HE (6). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de los túbulo-acinos de esta glándula. Mientras que algunos, al menos en este corte, parecen ser inequívocamente mucosos, la mayoría de ellos cabe catalogarlos, en realidad, como mixtos, ya que por fuera de las células de secreción mucosa (asteriscos) se disponen típicas semilunas de Gianuzzi (flechas azules), formadas por células de secreción serosa. En el centro de cualquiera de estos túbulo-acinos, es fácilmente detectable una pequeña luz (punta de flecha). (S: septos o tabiques vásculo-conjuntivos).
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Glándula sublingual. HE (7). Humano. 40x. Dos conductos estriados (E) seccionados transversalmente. Su epitelio es prismático simple, ligeramente eosinófilo; en todo caso siempre aparece más teñido que las células mucosas (flecha azul) de los túbulo-acinos, las cuales muestran su aspecto característico: citoplasma pálido y núcleo aplanado, de cromatina densa, rechazado hacia la porción basal de la célula. Una pequeña luz (flecha roja) es visible en el centro de la mayoría de los túbulo-acinos.
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Glándula sublingual. HE (8). Humano. 40x. Conducto excretor de gran calibre, en el seno de un grueso tabique conjuntivo. El epitelio de revestimiento (asterisco) es prismático estratificado. En la parte inferior de la imagen puede observarse un ganglio vegetativo (G), en el que destacan somas neuronales (flecha), con el típico núcleo celular de cromatina laxa y el citoplasma basófilo. (L: luz del conducto).
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Glándula sublingual. PAS (1). Humano. 4x. Esta muestra de glándula sublingual se ha teñido con la técnica del PAS, que pone de manifiesto de color magenta los glúcidos. Se ha utilizado también hematoxilina, como contraste nuclear. Se observa la presencia de abundantísimos túbulo-acinos PAS positivos, debido al predominio casi absoluto de células mucosas. Los conductos pálidos más pequeños corresponden a conductos estriados, y los más grandes a conductos excretores de mayor calibre.
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Glándula sublingual. PAS (2). Humano. 10x. Conducto estriado (E) muy ramificado, seccionado longitudinalmente. Acaba por desembocar, en la parte superior de la imagen, en un conducto excretor (C) de mayor calibre, situado ya en el seno de un tabique conjuntivo relativamente grueso. Abajo se aprecia la cápsula conjuntiva (flecha) del órgano. (Asterisco: túbulo-acinos mucosos/mixtos).
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Glándula sublingual. PAS (3). Humano. 20x. El epitelio de revestimiento de los conductos estriados (E) es prismático simple, y no se tiñe con PAS. A veces aparecen juntos varios de ellos. Abajo y hacia la izquierda se ve un pequeño conducto, probablemente un conducto intercalar o de Boll (flecha). Los túbulo-acinos muestran una intensa PAS positividad debido al predominio de células mucosas. Algunos son inequívocamente túbulo-acinos mixtos, ya que poseen, periféricamente, semilunas de Gianuzzi (puntas de flecha), células serosas que también exhiben cierta PAS positividad.
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Glándulas linguales posteriores. PAS (1). 2x. Las glándulas linguales posteriores o de Weber son glándulas salivales menores localizadas en el tercio posterior de la lengua. Sus conductos excretores (flechas) desembocan en el fondo de las criptas de la amígdala lingual. Son mucosas puras, por lo que con la técnica del ácido peryódico-Schiff sus porciones secretoras (asteriscos), dispersas entre los miocitos de la musculatura lingual, muestran una evidente PAS positividad. (E: epitelio del dorso de la lengua. Lp: lámina propia o corion de la mucosa lingual dorsal. F: folículos linfoides).
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Glándulas linguales posteriores. PAS (2). 4x. La porción secretora de las glándulas linguales posteriores o de Weber está constituida por túbulo-acinos mucosos (M), los cuales poseen una importante PAS positividad, apareciendo teñidos de color magenta. Estos túbulo-acinos se disponen formando amplios agregados que se entremezclan, ya en la porción muscular de la lengua, con los miocitos estriados esqueléticos (punta de flecha azul) y con adipocitos uniloculares (punta de flecha roja). (Se ha utilizado hematoxilina como contraste nuclear). (Lp: lámina propia o corion de la mucosa lingual dorsal).
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Glándulas linguales posteriores. PAS (3). 10x. Los túbulo-acinos mucosos (M) de las glándulas linguales posteriores aparecen en los cortes histológicos con forma redondeada o algo irregular, y muestran una evidente PAS positividad, tiñéndose de color magenta (nótese que el grado de PAS positividad varía de unos túbulo-acinos a otros, así como entre las células mucosas de un mismo túbulo-acino). En el centro de la imagen se observa un conducto excretor (asterisco). (Flecha azul: miocitos estriados esqueléticos. Flecha roja: adipocitos uniloculares).
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Glándulas linguales posteriores. PAS (4). 20x. Túbulo-acinos mucosos (M) de las glándulas linguales posteriores (o de Weber) observados a gran aumento. En los cortes histológicos aparecen con forma redondeada o algo irregular, y muestran una evidente PAS positividad, tiñéndose de color magenta (nótese que el grado de PAS positividad varía de unos túbulo-acinos a otros, así como entre las células mucosas de un mismo túbulo-acino). En el centro de la imagen se observa un conducto excretor (asterisco). (Flecha: miocitos estriados esqueléticos seccionados oblicuamente).
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Diente. HE (1). Humano. Panorámica. Tercer molar inferior, decalcificado con ácido nítrico. Por ello el esmalte se ha perdido en su práctica totalidad. El plano oclusal está a la izquierda de la imagen, y la región apical a la derecha. (Punta de flecha: restos de esmalte. Flecha: porción de ligamento periodóntico, anclado sobre cemento acelular en la región cervical de la raíz dentaria. D: dentina. P: pulpa dentaria (cámara pulpar). Asterisco: pulpa dentaria en un conducto radicular. C: cemento celular, en la mitad apical de la raíz dentaria).
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Diente. HE (2). Humano. 10x. La dentina y la pulpa forman, en conjunto, el llamado “complejo dentino-pulpar”. En la parte superior de la imagen se observa la dentina (D) (muy eosinófila debido a su riqueza en fibras colágenas), y en la inferior, la pulpa dentaria (P), mucho más pálida puesto que se trata de un tejido conjuntivo extraordinariamente laxo. Los somas de odontoblastos (flechas) se disponen formando una hilera de células apoyada sobre la superficie más interna de la dentina. Dichos somas se consideran ya pertenecientes a la pulpa dentaria. (Punta de flecha: predentina).
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Diente. HE (3). Humano. 40x. Los odontoblastos se encargan de sintetizar la dentina (D). Sus somas (O) son alargados, sobre todo en la corona del diente, y adoptan un aspecto pseudoestratificado, situándose a alturas diferentes, pero siempre en relación con la superficie interna de la dentina (predentina, Pd). Cada soma de odontoblasto emite una única prolongación, la prolongación odontoblástica o fibra de Tomes (flechas), que se dirige hacia la dentina. En la pulpa, justo por debajo de los somas de odontoblastos, hay una estrecha región con muy pocas células, la zona oligocelular de Weil (W).
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Diente. HE (4). Humano. 40x. Conforme nos aproximamos a la raíz del diente, los somas de odontoblastos (O) pierden altura, y además la apariencia de pseudoestratificación es menos llamativa. En esta imagen la pulpa dentaria (P) se ha retraído ligeramente, y ello permite observar cómo las fibras de Tomes (punta de flecha) de los odontoblastos se introducen individualmente en los llamados túbulos de la dentina o túbulos dentinarios. (D: dentina. Flecha: predentina. W: zona oligocelular de Weil).
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Diente. HE (5). Humano. 40x. La pulpa dentaria rellena toda la cavidad pulpar: cámara pulpar en la corona y conductos radiculares en la raíz. Se trata de un tejido conjuntivo extraordinariamente laxo, por lo que es la sustancia amorfa el elemento predominante. Posee abundantes fibras nerviosas, así como vasos sanguíneos (flechas). Aparte de los odontoblastos (no mostrados en la imagen), cuya localización es muy concreta, existen otros tipos celulares, si bien la mayor parte de las células poseen características morfológicas propias de fibroblastos (puntas de flecha).
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Diente. HE (6). Humano. 40x. La pulpa dentaria es un tejido conjuntivo extraordinariamente laxo, muy rico en sustancia amorfa. Las escasas células que aquí se observan poseen un soma alargado y largas prolongaciones, por lo que casi seguro se trata de fibroblastos (existen otros tipos celulares, minoritarios, algunos con forma similar). Se aprecian, además, varios vasos sanguíneos (flecha roja) conteniendo hematíes. Las estructuras alargadas de aspecto fibrilar, como las del centro de la imagen, pueden corresponder a fibras nerviosas (flecha azul).
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Diente. HE (7). Humano. 40x. Dentina en la que se han seccionado de modo perfectamente transversal los túbulos dentinarios o de la dentina. Llama la atención su elevadísimo número, así como la gran regularidad en cuanto a su disposición espacial. Aunque cada uno de ellos ha de albergar una única prolongación (fibra de Tomes) de un único odontoblasto (recuérdese que sus somas se localizan en la pulpa dentaria), sólo en la parte inferior derecha de la imagen se observa este detalle (puntas de flecha). Ello se debe a que el proceso de decalcificación a menudo destruye la fibra de Tomes.
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Diente. HE (8). Humano. 40x. Corte oblicuo en el que puede observarse (desde abajo a la izquierda hasta arriba a la derecha) la dentina (D), la predentina (Pd), y la región de la pulpa donde se localizan los somas de odontoblastos (O). Los túbulos dentinarios se han seccionado en sentido transversal. En la zona de la predentina se aprecia perfectamente cómo las fibras de Tomes (puntas de flecha) están conservadas, mostrándose como un pequeño punto en el interior de cada túbulo dentinario.
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Diente. HE (9). Humano. 40x. Túbulos dentinarios seccionados longitudinalmente. Paralelos entre sí, destaca tanto su elevado número como la gran regularidad de su disposición espacial. Cada uno de ellos aloja a una sola prolongación (fibra de Tomes) de un único odontoblasto. Esas fibras de Tomes (puntas de flecha azules) se pueden llegar a observar en la imagen como una fina línea más teñida situada en el interior del túbulo dentinario. Existen delgadas ramificaciones (puntas de flecha rojas) de los túbulos, dispuestas oblicuamente, que ponen en comunicación túbulos contiguos.
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Diente. HE (10). Humano. 20x. En la dentina los túbulos dentinarios a menudo sufren llamativos cambios en su trayectoria. Por ejemplo, en esta imagen, partiendo desde abajo a la izquierda, pueden verse túbulos seccionados casi longitudinalmente (1), así como transversal (2) y oblicuamente (3).
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Diente. HE (11). Humano. 40x. Dentina superficial de la región lateral de la corona. En esta zona la unión amelo-dentinaria (flecha) es bastante lisa (recordemos que el esmalte no se ve, se ha perdido en el proceso de decalcificación). Puede observarse cómo los túbulos dentinarios, cerca de su porción más distal (más alejada del soma del odontoblasto), próxima a la unión amelo-dentinaria, suelen presentar ramificaciones, que en la imagen se manifiestan como bifurcaciones (puntas de flecha).
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Diente. HE (12). Humano. 40x. Dentina superficial correspondiente a la región oclusal de la corona. Aquí la unión amelo-dentinaria (flecha) es irregular, festoneada (el esmalte no se ve, se ha perdido en el proceso de decalcificación). Se observa fácilmente cómo los túbulos dentinarios, cerca de su porción más distal (más alejada del soma del odontoblasto), próxima a la unión amelo-dentinaria, suelen presentar ramificaciones, que en la imagen se manifiestan como bifurcaciones (punta de flecha).
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Diente. HE (13). Humano. 20x. Las denominadas líneas de crecimiento (o incrementales) de Ebner (puntas de flecha), reflejan variaciones cíclicas en el proceso de formación de la dentina. Aunque no son nada fáciles de ver en muestras decalcificadas y teñidas con hematoxilina-eosina, mediante el uso adecuado del diafragma del microscopio y con una intensidad de luz suficiente pueden llegar a observarse, como una serie de líneas próximas y paralelas entre sí, ligeramente onduladas, que discurren perpendicularmente con respecto a los túbulos dentinarios.
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Diente. HE (14). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de pequeños restos de esmalte que, a pesar del proceso de decalcificación, se han conservado en algunos puntos encima de la superficie externa de la dentina. Como puede verse, el esmalte es acelular y avascular, y está formado exclusivamente por una serie de estructuras alargadas llamadas prismas o bastoncillos del esmalte, constituidos prácticamente sólo por sales minerales, con escasísima matriz orgánica. Vemos estos prismas seccionados tanto transversal (flecha azul) como longitudinalmente (flecha roja).
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Diente. HE (15). Humano. 4x. El ligamento periodóntico, junto con el cemento y el hueso alveolar, compone el llamado periodonto de inserción o sujeción. Vemos aquí un fragmento de ligamento periodóntico (L) que se ha conservado adherido al cemento acelular (flecha) del tercio cervical de la raíz del diente. Es habitual que el único cemento presente en el tercio cervical de la raíz sea cemento acelular. (D: dentina. Cc: cemento celular. P: pulpa dentaria de un conducto radicular. Puntas de flecha azules: límite dentina-cemento acelular. Puntas de flecha rojas: límite dentina-cemento celular).
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Diente. HE (16). Humano. 10x. El ligamento periodóntico (L) ancla la pieza dentaria al hueso alveolar. Es un tejido conjuntivo fibroso, por lo tanto rico en fibras colágenas, que posee también abundantes células (sobre todo fibroblastos) y vasos sanguíneos. En esta imagen pueden observarse delgados haces de fibras colágenas del ligamento periodóntico penetrando, como fibras de Sharpey (flecha azul), en el cemento acelular (Ca) del tercio cervical de la raíz dentaria. (D: dentina. Flecha roja: resto epitelial de Malassez. Puntas de flecha: límite dentina-cemento acelular).
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Diente. HE (17). Humano. 40x. Detalle de la imagen anterior. Es perfectamente normal encontrar, dispersos entre las fibras colágenas del ligamento periodóntico, pequeños agregados redondeados de células de aspecto epitelial. Son los llamados restos epiteliales de Malassez (flechas), que provienen de la desintegración de la llamada vaina radicular epitelial de Hertwig, una estructura fundamental para la formación de la raíz durante el desarrollo del diente.
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Diente. HE (18). Humano. 20x. En el tercio apical de la raíz suele haber sólo cemento celular (Cc). Posee células, los cementocitos (flechas azules). El soma de cada cementocito está incluido en una cavidad llamada cementoplasma o laguna del cemento. Hay también conductos calcóforos (casi no se aprecian en la imagen), que albergan las prolongaciones del cementocito. Las líneas más oscuras, dispuestas a intervalos poco regulares, paralelas entre sí y a la superficie del cemento, son las líneas de crecimiento (o incrementales) de Salter. (D: dentina. Flechas rojas: límite dentina-cemento celular).
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Molar. HE (1). Rata. 4x. Dos molares de rata seccionados verticalmente. El de la izquierda es patológico debido a una caries (no mostrada en la imagen), con una cámara pulpar (asterisco azul) ocupada por material necrótico y restos de alimentos, presentando también una intensa reacción inflamatoria (In) subyacente a la pieza dentaria. El molar situado a la derecha posee un aspecto normal, y el plano de corte permite observar tanto la corona (C) (con la cámara pulpar - asterisco rojo -) como dos raíces (R) (con los conductos radiculares - flechas -). Téngase en cuenta que el esmalte se ha perdido completamente tras la decalcificación de la muestra, por lo que el tamaño de la corona es menor que el real, quedando además un espacio vacío (e) entre la encía y la dentina coronal (D), espacio ocupado “in vivo” por el esmalte. A la derecha y a la izquierda de la imagen puede verse la encía (E), así como la encía interdentaria (Ei) en el centro, entre ambos molares. (H: hueso alveolar, correspondiente a un septo interradicular).
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Molar. HE (2). Rata. 10x. Región lateral de la corona, próxima a la emergencia de un conducto radicular. A la izquierda de la imagen se identifica la dentina (D), eosinófila y carente de núcleos celulares. Separada de la dentina por una delgada franja de predentina (flecha) muy pálida, se halla la capa de somas de odontoblastos (Od), células de forma alargada cuyos núcleos se sitúan a diferentes alturas, dando cierto aspecto de pseudoestratificación. Junto a la capa de odontoblastos es visible la “zona rica en células” (r) de la pulpa, que llama la atención por su gran celularidad. El resto de la pulpa dentaria es un tejido conjuntivo laxo, pobre en fibras y relativamente celular, con abundantes vasos sanguíneos (V) de luz amplia y pared delgada, que en la imagen aparecen repletos de hematíes. (Asterisco: espacio ocupado por el esmalte).
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Molar. HE (3). Rata. 20x. Detalle de la figura anterior. En la dentina (D) se llegan a observar, en su parte más profunda, unas finas líneas pálidas y paralelas entre sí, los túbulos dentinarios (puntas de flecha). La hilera de somas de odontoblastos (Od) es una capa gruesa, perteneciente a la pulpa dentaria. Obsérvese cómo los somas de los odontoblastos poseen una forma alargada, con los núcleos celulares situados a diferentes alturas, dando un aspecto de pseudoestratificación. Es llamativa la presencia de capilares sanguíneos (flechas) entre los somas de los odontoblastos. Estos capilares a veces se sitúan muy próximos a la predentina (Pd). Junto a la capa de odontoblastos es visible la “zona rica en células” (r) de la pulpa, que destaca por su gran celularidad. (P: resto de la pulpa dentaria, con tejido pulpar habitual).
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Molar. HE (4). Rata. 10x. A la izquierda se observa una raíz de la pieza dentaria, en cuyo interior se halla el conducto radicular ocupado por pulpa dentaria (P). La capa de somas de odontoblastos (flecha azul), en la pulpa radicular, es menos gruesa que en la corona, con somas de odontoblastos de forma cuboidea e incluso aplanada. La dentina (D) de la raíz está revestida externamente por cemento: en la imagen se aprecia una delgada capa de cemento, el cemento acelular (Ca), y más hacia abajo una capa más gruesa de cemento celular (Cc) con cementocitos (puntas de flecha azules). A la derecha puede verse el hueso alveolar (H). Entre el hueso alveolar y el cemento de la raíz se localiza el ligamento periodóntico (LP), un tejido conjuntivo fibroso bastante celular, bien vascularizado, que constituye el elemento de sujeción de la pieza dentaria al hueso alveolar. Cemento, ligamento periodóntico y hueso alveolar, componen el denominado periodonto de sujeción o inserción. (Pd: predentina. Puntas de flecha rojas: osteocitos del hueso alveolar).
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Molar. HE (5). Rata. 20x. El ligamento periodóntico (LP) constituye el elemento de anclaje o sujeción de la pieza dentaria al hueso alveolar (H). Es un tejido conjuntivo fibroso con abundantes células, sobre todo fibroblastos, bien vascularizado. Las fibras colágenas de este ligamento se disponen en haces, que se insertan por un lado (flechas rojas) en el cemento de la raíz - en la imagen cemento acelular (Ca) -, y por otro (flechas azules) en el hueso alveolar. En sus dos extremos estas fibras del ligamento periodóntico se comportan como fibras de Sharpey, ya que pasan de un tejido blando (el ligamento) a un tejido duro (cemento y hueso alveolar). (D: dentina. Puntas de flecha rojas: osteocitos del hueso alveolar. Punta de flecha azul: célula gigante multinucleada, muy probablemente un osteoclasto, localizado muy cerca de la superficie del hueso alveolar).
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Molar. HE (6). Rata. 10x. Sección transversal de una raíz de la pieza dentaria. En su interior se halla el conducto radicular, ocupado por la pulpa dentaria (P) de la raíz, en la que destacan abundantes vasos sanguíneos dilatados rellenos de hematíes. Se aprecia también la hilera de somas de odontoblastos (flecha), ligeramente despegada (se trata de un artefacto) de la superficie interna de la predentina (Pd). Por fuera de la dentina (D) es perfectamente visible una gruesa capa de cemento celular (Cc), en el que se observan abundantes cementocitos (puntas de flecha), cada uno de los cuales está alojado en una pequeña cavidad denominada cementoplasma o laguna del cemento. (LP: ligamento periodóntico. H: hueso alveolar).
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Molar. HE (7). Rata. 10x. La encía es la parte de la mucosa oral que rodea al diente, y constituye el denominado periodonto de protección. Está revestida, según la zona que se considere, por tres tipos de epitelio: el “epitelio gingival” (1) es grueso, plano estratificado ortoqueratinizado (en la especie humana es más frecuentemente paraqueratinizado), y se extiende desde el límite con la mucosa vestibular hasta el borde más coronal (flecha roja) de la encía; el “epitelio del surco gingival” (2) es más delgado, también ortoqueratinizado (en la especie humana es malpigiano), y reviste el surco gingival (S) hasta el fondo (punta de flecha) del mismo; el “epitelio de unión dentogingival” (3) es muy peculiar, no está queratinizado, se halla unido a la superficie del esmalte, y en la imagen se observa cómo va adelgazándose progresivamente hasta terminar más allá de la unión amelo-cementaria (flecha azul), estando adherido a partir de ese punto a la superficie del cemento. Este epitelio suele estar infiltrado por células inflamatorias (neutrófilos y linfocitos). La lámina propia (L) de la encía está constituida por un tejido conjuntivo denso, pero en la zona (asteriscos rojos) sobre la que descansa el epitelio de la unión dentogingival, el tejido conjuntivo es laxo, presentando habitualmente un infiltrado inflamatorio más o menos marcado. (Asterisco azul: espacio ocupado por el esmalte). (Nota: en la especie humana y en condiciones estrictamente ideales, el epitelio de la unión dentogingival alcanza - sin sobrepasarlo - el nivel de la unión amelo-cementaria, en la región del cuello del diente).
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Molar. HE (8). Rata. 10x. La encía interdentaria (Ei) es la encía localizada en el angosto espacio situado entre dos piezas dentarias adyacentes. El epitelio de revestimiento (Ep) es del tipo de la unión dentogingival: delgado e infiltrado por células inflamatorias (puntas de flecha). La lámina propia (L) sobre la que descansa el epitelio es un tejido conjuntivo laxo con más o menos infiltrado inflamatorio. En la imagen pueden distinguirse perfectamente las fibras colágenas trans-septales o dento-dentarias (TS), que unen el cemento acelular de la raíz de una pieza dentaria con el de la raíz de la pieza contigua. (Asteriscos: espacios ocupados por el esmalte de cada una de las dos piezas dentarias. Cr: Conducto radicular).
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