Globo ocular. HE (1). Panorámica de un globo ocular de cerdo donde se identifican, de delante a atrás y de fuera hacia dentro, las siguientes capas y estructuras: córnea (1), limbo esclerocorneal (flecha) y esclerótica (2); úvea, formada por el iris (3), el cuerpo ciliar (4) y la coroides (5) (está despegada de la esclerótica); y retina (6) (separada de la coroides). El cristalino se ha retirado por las dificultades, sobre todo en relación con el corte, que genera durante el procesamiento histológico del globo ocular.
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Globo ocular. HE (2). 4x. Región del limbo esclerocorneal (flecha) y ángulo iridocorneal (asterisco). Se observa la córnea (1), el iris (2) (se ha plegado hacia delante como consecuencia de la manipulación de la pieza), y el cuerpo ciliar (3), donde se identifican los procesos ciliares (4) y el músculo ciliar (5).
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Globo ocular. HE (3). 4x. En la córnea se distinguen varias capas que, desde la superficie hacia la profundidad, son: el epitelio externo (E), la membrana de Bowman (punta de flecha azul), el estroma corneal (S) (la capa más gruesa y carente de vasos sanguíneos), la membrana de Descemet (flecha), y el endotelio corneal (punta de flecha roja) o epitelio interno. El espacio que aparece en la parte inferior de la imagen corresponde a la cámara anterior (asterisco) del globo ocular, y estaría ocupado por el humor acuoso.
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Globo ocular. HE (4). 20x. El epitelio externo (E) de la córnea es plano estratificado no queratinizado (malpigiano), cuyas células basales (flecha roja) son prismáticas, con el núcleo (punta de flecha roja) ovalado, ligeramente alejado del polo basal. Por encima se sitúa el estrato espinoso, donde las células se aplanan según se aproximan a la superficie. Este epitelio externo se apoya sobre la membrana de Bowman (punta de flecha azul), que lo separa del estroma corneal (S), el cual es rico en microfibrillas colágenas que se organizan muy ordenadamente en láminas. En la imagen se observan en el estroma bandas eosinófilas, gruesas y onduladas, separadas unas de otras de manera artefactual, debido al procesamiento histológico de la muestra. Entre las láminas se observan pequeños núcleos alargados y densos (flecha azul), que pertenecen a los queratocitos, células semejantes a fibroblastos. Nótese la ausencia de vasos en el estroma corneal.
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Globo ocular. HE (5). 40x. Parte profunda de la córnea, donde se observa el estroma corneal (S), formado por bandas gruesas y eosinófilas, que son láminas de colágeno muy ordenadas, entre las cuales se identifican núcleos alargados y densos que corresponden a los queratocitos (puntas de flecha), células semejantes a fibroblastos (los espacios claros relacionados con estos núcleos son artefactos de la técnica histológica). A continuación, se sitúa la gruesa membrana de Descemet (asterisco) y el epitelio interno de la córnea (flecha) o endotelio, formado por un epitelio plano simple. La superficie interna de la córnea se relaciona con la cámara anterior del ojo (Ca), ocupada por humor acuoso.
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Globo ocular. HE (6). 20x. El limbo esclerocorneal (flecha) corresponde al punto de transición entre la córnea (C) y la esclerótica (E), esta última cubierta por la conjuntiva (flecha de doble punta). Se puede apreciar que hay una transición de epitelios, del epitelio plano estratificado no queratinizado de la córnea, hacia epitelio prismático estratificado de la conjuntiva, aunque en la zona de la imagen todavía no se ha producido la transición de forma completa. Se observa también cómo el estroma de la córnea, avascular y ordenado, se continúa con el de la esclera, la cual está cubierta por la conjuntiva, donde hay una lámina propia (Lp) formada por un tejido conjuntivo laxo con la presencia de vasos sanguíneos (V).
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Globo ocular. HE (7). 4x. Región anterior de la úvea constituida por el iris (1) y el cuerpo ciliar (2). El cuerpo ciliar, a su vez, está formado por los procesos ciliares (3) y la pars plana (4). En el eje del cuerpo ciliar se sitúa el músculo ciliar (5) y, próximo a éste, se encuentra la red microtrabecular (6), algo ensanchada (la zona del conducto de Schlemm está artefactada). En sentido posterior se identifica la ora serrata (flecha), punto donde el epitelio ciliar se continúa con la retina (7), la cual se ha despegado de la coroides (8) como consecuencia del procesamiento histológico del globo ocular.
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Globo ocular. HE (8). 20x. Sección longitudinal del iris. Gran parte del espesor del iris está formado por el estroma (E, flecha de doble punta), constituido por un tejido conjuntivo laxo donde hay abundantes células pigmentadas fusiformes y estrelladas (puntas de flecha). Además, se observan capilares (C) que poseen una gruesa adventicia (flecha), algo característico y exclusivo del iris. En el espesor del estroma se ven fascículos de miocitos lisos (M), seccionados transversalmente, que corresponden al músculo constrictor de la pupila, y su presencia indica que se halla muy próxima. En la superficie anterior del iris no hay epitelio de revestimiento. Está formada por la agrupación de células pigmentadas (lámina anterior) (La), que está constituida por melanocitos y melanóforos (células semejantes a fibroblastos cargados de pigmento). Esta superficie se relaciona directamente con la cámara anterior. En la parte inferior de la imagen se sitúa una banda muy pigmentada, que corresponde a la superposición del epitelio anterior (Ea) y posterior (Ep) del iris, ambos altamente pigmentados, de modo que apenas se distinguen entre sí.
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Globo ocular. HE (9). 10x. Los procesos ciliares (Pc) son pliegues del cuerpo ciliar que sobresalen en la cámara posterior (asterisco), cerca de la base del iris (I). Están revestidos por un doble epitelio: el epitelio externo pigmentado (punta de flecha azul) y un epitelio interno no pigmentado (punta de flecha roja). En el tejido conjuntivo de donde parten estos procesos ciliares se acumulan algunas células pigmentadas (flechas).
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Globo ocular. HE (10). 40x. Detalle a gran aumento de los procesos ciliares. Están revestidos por el epitelio ciliar (EC), constituido por una doble hilera de células cúbicas, de modo que son dos epitelios cúbicos simples enfrentados. El epitelio externo (Ee) contiene abundante pigmento y se apoya sobre un tejido conjuntivo laxo, con numerosos vasos sanguíneos (V) y alguna célula pigmentada, mientras que el epitelio interno (Ei) no está pigmentado.
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Globo ocular. HE (11). 40x. Los procesos ciliares (PC), además de ser el lugar donde se produce el humor acuoso (el epitelio ciliar juega un papel esencial en esta función), es punto donde se fijan las fibras del ligamento suspensorio (zónula) del cristalino. En la imagen se aprecia cómo estas fibras se aproximan e insertan (flecha) en la membrana basal del epitelio ciliar interno (Ei) no pigmentado. (Ee: epitelio ciliar externo pigmentado).
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Globo ocular. HE (12). 40x. Porción plana (pars plana) del cuerpo ciliar. Esta región no presenta pliegues y se observa el doble epitelio: el externo, de células cúbicas pigmentadas (punta de flecha azul), enfrentado al interno, de células prismáticas no pigmentadas (punta de flecha roja). El epitelio externo pigmentado se apoya sobre la coroides (C), algo estrecha, donde hay vasos sanguíneos (V) y fibras colágenas (asterisco) entremezcladas con células pigmentadas (melanocitos y melanóforos) (flechas). Sobre el epitelio interno no pigmentado se insertan las fibras (F) del ligamento suspensorio (zónula) del cristalino.
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Globo ocular. HE (13). 20x. Coroides y parte profunda de la esclerótica. La esclerótica está formada por un estroma escleral (E), rico en láminas de colágeno entrecruzadas de fibras colágenas. En la zona próxima a la coroides, se sitúa la lámina fusca (F), donde comienzan a aparecer células pigmentadas (flechas azules) (melanóforos y melanocitos). En la coroides (Co) llama la atención la presencia de luces vasculares, una arteria (A) y dos venas (V), situadas en el espesor del estroma coroideo. El espacio que hay entre los vasos, está ocupado por un tejido conjuntivo laxo con abundantes células pigmentadas. En la parte más profunda de la coroides se localiza la membrana o capa coriocapilar (punta de flecha), una red capilar situada en un solo plano, próximo al epitelio pigmentario de la retina (flecha roja). (La retina se ha despegado como consecuencia de la manipulación del globo ocular durante el procesamiento histológico).
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Globo ocular. HE (14). 40x. En la coroides llama la atención la gran cantidad de células pigmentadas (puntas de flecha azules), melanocitos y melanóforos, situadas en el espacio conjuntivo que hay entre los vasos sanguíneos de mediano calibre, arterias (A) y venas (V). Esta abundancia de células pigmentadas en la coroides es en gran parte responsable de crear una cámara oscura en el interior del globo ocular. En la parte profunda, se sitúa la capa o membrana coriocapilar (flecha), formada por una red capilar localizada en un solo plano, próxima al epitelio pigmentario de la retina (punta de flecha roja). (La retina se ha despegado como consecuencia de la manipulación del globo ocular durante el procesamiento histológico).
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Globo ocular. HE (15). 4x. La pared del globo ocular está constituida por tres capas que, de fuera a dentro, son: la esclerótica (E), la coroides (C) y la retina (R). En la imagen se aprecia cómo las tres capas se han separado como consecuencia de la manipulación del globo ocular durante el procesamiento histológico. La esclerótica es la más gruesa y muy rica fibras colágenas, la coroides es una capa muy vascularizada y con gran cantidad de células pigmentadas (flechas), y la retina corresponde a la parte sensorial del globo ocular. (V: vasos sanguíneos en la coroides).
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Globo ocular. HE (16). 10x. La coroides (C) y la retina (R) son dos capas del globo ocular que están en contacto. En la imagen aparecen completamente separadas, dado que se despegan con gran facilidad debido a la manipulación del globo ocular durante el procesamiento histológico de rutina. La coroides posee luces vasculares amplias que pertenecen a venas (V) y, entre ellas, hay un tejido conjuntivo (asterisco) con gran cantidad de células cargadas de pigmento (melanina). En la zona profunda de la coroides aparece una línea muy pigmentada, que corresponde al epitelio pigmentario (flecha) de la retina. La parte más externa de la retina posee a modo de flecos (F), que son los segmentos externos de los fotorreceptores. En la parte más interna se observa una hilera de grandes somas neuronales, pertenecientes a las neuronas ganglionares (G). (E: esclerótica).
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Globo ocular. HE (17). 20x. La retina, que debería estar junto a la coroides (C), tiene una estructura en capas muy ordenada, distinguiéndose: capa I o epitelio pigmentario de la retina (situada junto a la coroides); capa II o de los fotorreceptores (conos y bastones); capa III o limitante externa (flecha); capa IV o granular externa; capa V o plexiforme externa; capa VI o granular interna; capa VII o plexiforme interna; capa VIII o de los somas de las neuronas ganglionares; capa IX o de las fibras del nervio óptico; y capa X o limitante interna.
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Globo ocular. HE (18). 20x. En la zona de la ora serrata (flecha) la retina se adelgaza, las células sensoriales desaparecen, y se transforma en una capa de células cúbicas que forman el epitelio interno (asterisco azul) del cuerpo ciliar, el cual se une firmemente al epitelio externo del mismo. Nótese cómo el epitelio externo pigmentado (asterisco rojo) del cuerpo ciliar se continúa con el epitelio pigmentario de la retina (punta de flecha). (El despegamiento entre el epitelio pigmentario y el resto de la retina, es un artefacto consecuencia de la manipulación del globo ocular durante el procesamiento histológico).
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Ojo. HE (1). Conejo. Panorámica de un corte histológico de un ojo de conejo al cual se le ha extraído el cristalino en el momento de la fijación, con el fin de evitar los problemas que genera esta estructura cuando se realizan los cortes. La capa más externa corresponde a la esclerótica (E) y la córnea (C). En posición intermedia se encuentra la úvea, formada por la coroides (Co), el cuerpo ciliar (Cc) con los procesos ciliares (flechas), y el iris (I). La capa más interna es la retina (R). (Asterisco: ángulo iridocorneal. Punta de flecha: limbo esclerocorneal. N: nervio óptico).
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Ojo. HE (2). Conejo. 10x. Región de la córnea (Co) próxima a la zona del limbo esclerocorneal (flecha), lugar donde se produce la transición del epitelio externo corneal hacia la conjuntiva (Cn). La córnea es una estructura avascular, en la que se distingue el epitelio externo (Ep), la membrana de Bowman (B), el estroma corneal (Es), y la membrana de Descemet (asterisco), donde se apoya el epitelio interno o endotelio corneal (punta de flecha). En el limbo esclerocorneal cambia el aspecto del epitelio de revestimiento de la córnea con respecto al de la conjuntiva, de modo que aparece algo más desorganizado y con células pigmentadas. El epitelio conjuntival se apoya sobre una lámina propia con vasos sanguíneos (V) dilatados y vacíos de hematíes por haberse empleado la técnica de fijación por perfusión.
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Ojo. HE (3). Conejo. 10x. Cámara anterior del ojo situada entre la córnea y el iris. En la córnea se identifica el estroma corneal (Es), la membrana de Descemet (D) y el endotelio corneal (En). En el iris se aprecia la lámina anterior (L) y el estroma (flecha de doble punta), donde destaca la presencia de arterias (A) y venas (V), además de capilares (c) de pared gruesa. Todos los vasos muestran luces dilatadas y vacías de hematíes porque la fijación se hizo por perfusión. También se observan células pigmentadas estrelladas (flechas) en el estroma del iris. En la región más posterior se sitúan los epitelios anterior y posterior del iris (punta de flecha). (Cp: cámara posterior).
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Ojo. HE (4). Conejo. 2x. Región próxima al ángulo iridocorneal (asterisco). En la parte izquierda de la imagen se encuentra el iris (I) y en la zona superior derecha se sitúa la zona del limbo esclerocorneal (flecha), donde el epitelio externo (Ep) de la córnea (C) se continúa con la conjuntiva (Cj). A partir de este punto, el epitelio conjuntival (Ec) se apoya sobre una lámina propia (Lp) vascularizada (los vasos - V - están dilatados y vacíos porque se fijó por perfusión), mientras que en la córnea el epitelio externo (Ep) descansa sobre la membrana de Bowman (punta de flecha), que es avascular. (Es: estroma corneal. D: membrana de Descemet. En: endotelio corneal).
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Ojo. HE (5). Conejo. 10x. La región del iris próxima a la pupila (P) es donde se sitúa el músculo constrictor de la pupila (M), formado por músculo liso, que en la imagen aparece cortado transversalmente. En esta zona es donde el epitelio anterior y el posterior del iris se pliegan (flecha), para enfrentarse el uno al otro y posicionarse en la cara más posterior del iris. (E: estroma del iris. L: lámina pigmentada anterior).
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Ojo. HE (6). Conejo. 40x. Desde la región más anterior, en el espesor del iris se identifica la lámina anterior pigmentada que se relaciona con la cámara anterior (Ca) del ojo, y el grueso estroma del iris (Es), donde se observan fibroblastos (f), células pigmentadas estrelladas (p), y capilares (c) rodeados por una gruesa adventicia (flecha). En la región posterior del iris se sitúa el epitelio posterior (punta de flecha roja) pigmentado, el cual está enfrentado al epitelio anterior (punta de flecha azul), también pigmentado, el cual tiene una región más anterior (asterisco) sin pigmento, con capacidad contráctil, que constituye el músculo dilatador de la pupila.
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Ojo. HE (7). Conejo. 10x. Ángulo iridocorneal, limitado por la raíz del iris (I) y por la esclerótica (E). En este ángulo es donde se absorbe el humor acuoso en el conducto de Schlemm (flecha), después de pasar por la red microtrabecular (asterisco). (Pc: procesos ciliares).
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Ojo. HE (8). Conejo. 20x. Los procesos ciliares son pliegues irregulares, pertenecientes al cuerpo ciliar, que hacen relieve en la cámara posterior del ojo. Su estructura consiste en un eje de tejido conjuntivo (asteriscos) con abundantes capilares sanguíneos (c) (algunos de ellos poseen hematíes en su interior). Estos pliegues se encuentran revestidos por un doble epitelio: el epitelio externo (punta de flecha azul), formado por células cúbicas pigmentadas que se apoyan sobre el eje conjuntivo de los procesos ciliares, y el epitelio interno (punta de flecha roja), no pigmentado. Ambos epitelios se hallan enfrentados.
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Ojo. HE (9). Conejo. 20x. Región de la ora serrata (flecha) donde el epitelio ciliar de la pars plana (Ec) se continúa con la retina (R). Se puede observar cómo el epitelio externo pigmentado (punta de flecha roja) del cuerpo ciliar se continúa con el epitelio pigmentario de la retina (punta de flecha azul). Al mismo tiempo, el epitelio interno prismático no pigmentado (asterisco azul) del cuerpo ciliar, se convierte de forma abrupta en un epitelio estratificado (asterisco rojo) correspondiente a la parte sensorial de la retina. Más hacia el exterior de la pared del globo ocular, se encuentra la coroides (C), con vasos sanguíneos (V) dilatados y vacíos de hematíes porque se fijó mediante perfusión. El espacio situado entre los vasos está ocupado por un tejido conjuntivo muy rico en células pigmentadas. (E: esclerótica).
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Ojo. HE (10). Conejo. 20x. En la región del polo posterior del ojo se distinguen tres capas. La más externa y ancha corresponde a la esclerótica (E), formada por un tejido conjuntivo muy rico en fibras colágenas. La capa intermedia es la coroides (C), con abundantes vasos sanguíneos (V) en el seno de un tejido conjuntivo con numerosas células pigmentadas (flechas). En la parte más interna se localiza la retina (R), con sus múltiples capas que se describen en detalle en las siguientes imágenes. En el límite entre la coroides y la retina se sitúa el epitelio pigmentario de la retina (punta de flecha).
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Ojo. HE (11). Conejo. 40x. Región más interna de la pared del globo ocular. Desde el exterior hacia el interior se encuentra, en primer lugar, la esclerótica (E). A continuación, se localiza la coroides (C), con vasos dilatados (V) (vacíos de hematíes por haberse fijado por perfusión), siendo los más pequeños (asterisco) y próximos a la retina los que forman parte de la membrana coriocapilar. La capa más interna del ojo corresponde a la retina, que está en estrecho contacto con la coroides. Se distinguen las diez capas de la retina: I, epitelio pigmentario; II, capa de los fotorreceptores; III, limitante externa; IV, granular externa; V, plexiforme externa; VI, granular interna; VII, plexiforme interna; VIII, capa de las neuronas ganglionares; IX, capa de las fibras del nervio óptico; X, limitante interna.
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Ojo. HE (12). Conejo. 40x. Detalle de la retina aislada. Con mucha frecuencia la retina se despega de la coroides, y lo hace - por ser el punto más débil - en la unión entre el epitelio pigmentario y la capa de los fotorreceptores (II). Precisamente es en esta región donde se producen clínicamente los desprendimientos de retina. En la imagen no aparece el epitelio pigmentario, y las capas que se identifican son: II, capa de los fotorreceptores, donde se distingue el segmento interno (punta de flecha roja), más teñido que el segmento externo (punta de flecha azul); III, limitante externa; IV, granular externa; V, plexiforme externa; VI, granular interna; VII, plexiforme interna; VIII, capa de las neuronas ganglionares; IX, capa de las fibras del nervio óptico; X, limitante interna. (Flechas: prolongaciones de las células de Müller).
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Iris. Sin teñir (1). 2x. Imagen de un globo ocular, sin teñir, de un animal de experimentación pigmentado, donde resalta la distribución de las células pigmentadas, cargadas de melanina, en el iris (I). El extremo distal del iris (asterisco) está relacionado con la pupila. También destaca la pigmentación del epitelio del cuerpo ciliar (Ci) y de la coroides (Co). Arriba a la izquierda apenas se insinúa la córnea (C), desprovista de pigmento.
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Iris. Sin teñir (2). 4x. En esta imagen se observa la distribución de las células pigmentadas en el iris. Se concentran en la región anterior, para formar la lámina anterior (La), y en la cara posterior, donde se sitúan el epitelio (E) anterior y posterior del iris. En el estroma (S), la distribución de las células pigmentadas varía mucho de unos individuos a otros (en gran parte esta variabilidad es reponsable del color del ojo). En este caso, se concentran en la región profunda del estroma (flecha), próxima al epitelio anterior (punta de flecha). (Asterisco: pupila. V: vasos sanguíneos).
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Iris. Sin teñir (3). 10x. En la cara anterior del iris se concentran toda una serie de células pigmentadas, no epiteliales, que en conjunto constituyen la llamada lámina anterior (La). Más profundamente en el estroma (S), las células pigmentadas tienden a agruparse (asterisco) en la parte cercana al epitelio anterior (A). Hay que tener en cuenta que la distribución de estas células varía mucho de unos individuos a otros. La superficie posterior del iris está formada por los epitelios anterior (A) y posterior (P) enfrentados (como si fuese una hoja de papel doblada).
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Iris. Sin teñir (4). 20x. La mayor parte de las células pigmentadas en el iris se localizan en la cara posterior (P). En esta cara, se sitúan los epitelios anterior (Ea) y posterior (Ep) enfrentados, estando ambos pigmentados. En el epitelio anterior hay una banda pálida (asterisco), sin gránulos de melanina, que corresponde a la parte contráctil de estas células epiteliales (se consideran células mioepiteliales), constituyendo el músculo dilatador de la pupila. La distribución y cantidad de células pigmentadas en el estroma (S) del iris varía mucho de unos individuos a otros. En este caso, se concentran (flecha) en las zonas próximas a al epitelio anterior (Ea) y, también, se agrupan en la superficie anterior del iris donde forman la lámina anterior (La) del estroma, constituida por melanocitos y melanóforos. Esta superficie no está revestida por células epiteliales y contacta directamente con el humor acuoso. (V: vaso sanguíneo).
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Iris. Sin teñir (5). 40x. Región posterior del iris. En el estroma próximo al epitelio anterior (Ea) se concentra una gran cantidad de células pigmentadas. Estás células, cargadas de gránulos de melanina, adoptan formas estrelladas o alargadas y son melanocitos y melanóforos. En la superficie posterior del iris se sitúan los epitelios anterior (Ea) y posterior (Ep), ambos pigmentados y enfrentados. En el epitelio anterior se aprecia una banda (asterisco) sin gránulos de melanina, que corresponde a la zona donde se agrupan los filamentos contráctiles de las células del epitelio anterior (son células mioepiteliales) y constituyen el músculo dilatador de la pupila.
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Iris. Sin teñir (6). 20x. Región del iris próxima a la pupila (asterisco). Es en este punto donde se pliegan (flecha) los epitelios anterior y posterior, para enfrentarse uno con otro (al igual que el pliegue de una hoja de papel doblada). Como ambos epitelios están pigmentados, resulta difícil diferenciarlos, aunque se observan en su interior pequeños círculos claros (puntas de flecha) que corresponden a los núcleos sin teñir. En la zona de la pupila, el punto del pliegue de los epitelios se relaciona con la lámina anterior (La) del estroma. En el espesor de este estroma se sitúa el músculo constrictor de la pupila (Mc), que se insinúa en la imagen donde hay células pigmentadas entremezcladas con los miocitos lisos.
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Cristalino. HE (1). 4x. El cristalino es una estructura que actúa como lente y es muy rica en proteínas. Como consecuencia de ello, se rompe con mucha frecuencia durante el procesamiento que conlleva la técnica histológica. Por este motivo hay que recurrir a embriones (de rata en este caso) para que los artefactos sean los menos posibles. En la imagen se aprecia el cristalino, que seccionado adopta una forma de disco y es intensamente eosinófilo. En su cara anterior se observa un epitelio anterior (flecha); sin embargo, en la cara posterior no existe epitelio. Los núcleos (F) de las fibras del cristalino se sitúan desde la zona del ecuador (punta de flecha), desplazándose y dispersándose en sentido anterior. Las zonas blanquecinas (asterisco) en el espesor del cristalino corresponden a pequeñas roturas. (P: párpados. C: córnea. I: iris. R: retina).
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Cristalino. HE (2). 10x. La cara anterior del cristalino está cubierta por una cápsula (punta de flecha roja), que corresponde a la membrana basal, muy poco desarrollada por ser muy inmadura, del epitelio anterior (E). El epitelio anterior llega hasta la zona del ecuador (asterisco). A partir de aquí, las células prismáticas se van alargando progresivamente para formar las fibras del cristalino (punta de flecha azul), que van desde el epitelio anterior hasta la cara posterior (flecha roja) del cristalino, donde no hay epitelio. Al mismo tiempo, los núcleos de estas fibras, también alargados, se van desplazando y dispersando (flechas azules) hacia la región anterior del cristalino. (P: párpados. C: córnea. I: iris. R: retina).
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Cristalino. HE (3). 20x. Detalle de la figura anterior donde se observa la región del ecuador del cristalino, a partir del cual se van formando las fibras del cristalino. Son células muy largas y estrechas, cuyos extremos van desde el epitelio anterior (E) hasta la cápsula posterior (flecha). Asimismo, los núcleos de estas fibras (puntas de flecha) se desplazan hacia el polo anterior del cristalino y se van separando unos de otros. (I: iris).
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Cristalino. HE (4). 40x. En esta imagen se llega a apreciar lo estrechas y largas que son las fibras del cristalino (puntas de flecha), relacionándose uno de sus extremos con el epitelio anterior (E). También se observan los núcleos alargados de las fibras del cristalino, los cuales terminarán por desaparecer según va madurando el mismo. La formación de nuevas fibras del cristalino es algo que ocurre a lo largo de toda la vida del individuo. (Flechas: mitosis en el epitelio anterior del cristalino. I: iris. R: retina).
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Cristalino. HE (5). 20x. En el polo posterior del cristalino no hay epitelio, pero sí existe una fina cápsula (flecha) sobre la cual se apoya uno de los extremos de las fibras del cristalino. Los pequeños capilares (puntas de flecha) que se relacionan con el polo posterior del cristalino se observan durante el periodo embrionario, pero desaparecen en el adulto.
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Retina. Cromato de plata (1). 10x. Imagen panorámica de una retina de rata que se ha impregnado con el cromato de plata o método de Golgi. Es una técnica argéntica muy caprichosa, con la que se impregnan sólo unas cuantas células de entre las muchas que hay en el órgano, pero la que se impregna lo hace en su totalidad. En esta imagen de la retina se identifican los fotorreceptores (punta de flecha azul) en la parte más externa, algunas neuronas bipolares (punta de flecha roja) y, en la parte más profunda, neuronas amacrinas (flecha).
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Retina. Cromato de plata (2). 20x. En la parte más externa de la retina se sitúan los fotorreceptores. En la imagen se distinguen los somas de los bastones (flechas) situados a diferentes alturas, con una prolongación externa larga y estrecha (punta de flecha azul). Los segmentos externos de los conos (punta de flecha roja) se identifican por ser más anchos y más cortos. Más profundamente se ha impregnado el soma y las prolongaciones de alguna neurona bipolar (b), así como neuronas amacrinas (a).
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Retina. Cromato de plata (3). 40x. Fotorreceptores vistos a mayor aumento. Se identifica un cono (C) que se ha impregnado en su totalidad, y un soma y varias prolongaciones de diferentes bastones (B). El cono tiene un soma (flecha azul), en una posición un poco más superficial, del cual surge la prolongación externa con un segmento externo ancho (punta de flecha azul). La prolongación interna termina en un ensanchamiento, ligeramente triangular, que corresponde al pedículo (asterisco azul). El soma del bastón (flecha roja), se sitúa en una posición más profunda y de él parte el segmento externo (punta de flecha roja), más largo y estrecho si se compara con el del cono. La prolongación interna termina en un ligero ensanchamiento que corresponde a la esférula (asterisco rojo).
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Retina. Cromato de plata (4). 40x. Los somas de las neuronas bipolares (flechas) se sitúan a diferentes alturas en la granular interna (capa VI). Del soma surge una dendrita (punta de flecha azul) que se dirige a la plexiforme externa (capa V), y un axón (punta de flecha roja) que termina en la plexiforme interna (capa VII).
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Retina. Cromato de plata (5). 100x. Detalle de la figura anterior donde se observan los somas y prolongaciones de dos neuronas bipolares (flechas) y el axón (asterisco) de una tercera neurona. El soma se sitúa en la capa granular interna (capa VI). De un extremo del soma surge la dendrita (d), que se dirige hacia la capa plexiforme externa (capa V) para recibir contactos sinápticos, unas neuronas bipolares de esférulas de bastones, y otras de pedículos de conos. Del extremo opuesto del soma emerge el axón (a), que se dirige hacia la capa plexiforme interna (capa VII) donde se ramifica (punta de flecha) y establece contactos sinápticos con las dendritas de las neuronas ganglionares, con la participación de las prolongaciones de las neuronas amacrinas. (Estos dos tipos neuronales no se han impregnado en esta región).
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Retina. Cromato de plata (6). 20x. Conjunto de neuronas horizontales (flechas) impregnadas con la plata, dispuestas de tal manera que forman una línea horizontal. Estas neuronas reciben sinapsis de los fotorreceptores conjuntamente con las dendritas de neuronas bipolares, formando unas estructuras llamadas tríadas (sólo se ven al microscopio electrónico). En la imagen también se observan prolongaciones externas de fotorreceptores (punta de flecha roja), neuronas bipolares (punta de flecha azul) y una neurona amacrina (a).
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Retina. Cromato de plata (7). 40x. Impregnación de una neurona horizontal (H). El soma (flecha) de estas neuronas se sitúa en la capa granular interna (capa VI), mientras que sus prolongaciones se proyectan en la capa plexiforme externa (capa V), donde reciben sinapsis de los fotorreceptores (punta de flecha) conjuntamente con las dendritas de neuronas bipolares, formando las llamadas tríadas. (Estas tríadas sólo se ven al microscopio electrónico).
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Retina. Cromato de plata (8). 20x. En la parte profunda de la retina se han impregnado un grupo de neuronas amacrinas (a), las cuales poseen un soma (flecha) redondeado, situado en la capa granular interna (capa VI). Del soma surgen prolongaciones que se orientan hacia la capa plexiforme interna (capa VII). También se ha impregnado alguna neurona bipolar (punta de flecha).
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Retina. Cromato de plata (9). 40x. Conjunto de neuronas amacrinas (a) situadas en las porciones profundas de la retina. Estas neuronas tienen un soma piriforme (flechas) situado en la capa granular interna (capa VI), del que surgen prolongaciones que se ramifican en el espesor de la capa plexiforme interna (capa VII), donde participan en las sinapsis que se establecen entre los axones de neuronas bipolares y dendritas de neuronas ganglionares, constituyendo las denominadas díadas (sólo se ven al microscopio electrónico).
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Retina. Cromato de plata (10). 40x. Impregnación aislada de una neurona ganglionar (G). Estas neuronas tienen un soma redondeado, situado en la capa de los somas de las neuronas ganglionares (capa VIII). Del soma surgen dendritas que se dirigen hacia la capa plexiforme interna (capa VII), donde reciben sinapsis de los axones de neuronas bipolares. En estas conexiones también participan las prolongaciones de las neuronas amacrinas (a) (las prolongaciones de esta neurona se han impregnado de manera incompleta) y constituyen las llamadas díadas (sólo se ven al microscopio electrónico). El conjunto de axones de las neuronas ganglionares (no se han impregnado y no se ven en la imagen) forman el nervio óptico.
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Glándula lacrimal. HE (1). Conejo. 4x. La glándula lacrimal está dividida en lobulillos, separados entre sí por tabiques conjuntivos (asterisco) que parten de la cápsula que rodea a la glándula. En el interior de cada lobulillo se sitúa el parénquima glandular, constituido por tubuloalveolos (Ta) ramificados de luz amplia (en la especie humana son tubuloacinos). En un grueso tabique conjuntivo se identifica un conducto excretor (Ce).
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Glándula lacrimal. HE (2). Conejo. 10x. El parénquima de la glándula lacrimal está constituido por grandes tubuloalveolos de luces (L) amplias y ramificadas, situados muy próximos entre sí. Los tubuloalveolos están revestidos por células prismáticas secretoras.
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Glándula lacrimal. HE (3). Conejo. 20x. Los tubuloalveolos de la glándula lacrimal poseen una luz (L) amplia y están revestidos por células prismáticas secretoras (flechas), cuyos núcleos están situados, en la mayoría de los casos, en el tercio medio de la célula. Los citoplasmas presentan un aspecto espumoso (punta de flecha). Los espacios conjuntivos que hay entre los tubuloalveolos son muy estrechos, observándose en ellos vasos sanguíneos (V) llenos de hematíes.
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Glándula lacrimal. HE (4). Conejo. 40x. Detalle de las células secretoras que constituyen los tubuloalveolos de la glándula lacrimal. Son células prismáticas con el núcleo situado mayoritariamente en el tercio medio, y poseen un citoplasma de aspecto espumoso (flecha) debido a las características de los granos de secreción. En la parte periférica de los tubuloalveolos se observan unos núcleos aplanados (puntas de flecha rojas) que, en su mayoría, corresponden a células mioepiteliales. En los estrechos espacios conjuntivos que hay entre los tubuloalveolos, se observan capilares sanguíneos (puntas de flecha azules) ocupados por hematíes.
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Glándula lacrimal. HE (5). Conejo. 20x. Conducto excretor interlobulillar de una glándula lacrimal localizado en un grueso tabique conjuntivo. Está revestido por un epitelio prismático biestratificado (E), donde se identifican dos capas de células: unas cúbicas (punta de flecha roja), en la porción basal del epitelio, y otras prismáticas (punta de flecha azul), más superficiales y próximas a la luz del conducto.
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Oído medio y sistema vestibular. HE (1). Conejo. Imagen panorámica de una sección del hueso temporal en la región donde se encuentra el oído medio (Om) o cavidad timpánica, separado del oído externo (Oe) por el tímpano (T). En la cavidad timpánica el corte ha afectado a parte de la cadena de huesecillos, identificándose el martillo (M) que se apoya (flecha azul) en la superficie interna de la membrana timpánica. El martillo se articula con el yunque (Y) (que en gran parte está fuera del plano de corte). Asimismo, se encuentra el estribo (E), que se inserta en la ventana oval (flecha de doble punta), la cual se relaciona con el oído interno (Oi). En el oído interno se identifica el vestíbulo (V), el utrículo (U), una cresta ampular (punta de flecha) en la ampolla de un canal semicircular, así como secciones de canales semicirculares (asteriscos), la cóclea (Cl) y la ventana redonda (Vr).
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Oído medio y sistema vestibular. HE (2). Conejo. 4x. Articulación entre el martillo (M) y el yunque (Y). Forman una diartrosis, donde existe una pequeña cavidad articular (asterisco), delimitada por una estrecha banda de cartílago hialino (C) que cubre ambas superficies articulares. Se identifica una pequeña cápsula articular (flecha). (L: ligamento superior del martillo. m: punto de inserción del martillo sobre el tímpano (t). A: conducto auditivo externo).
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Oído medio y sistema vestibular. HE (3). Conejo. Imagen panorámica del oído interno. Se identifica el vestíbulo (V), donde se encuentran componentes del laberinto membranoso, como el utrículo (U) con su correspondiente mácula (m). Este utrículo se relaciona con las ampollas, punto de origen de los canales semicirculares (asteriscos), donde el corte ha afectado a dos crestas ampulares (C). El vestíbulo también se relaciona con la cóclea (Co), y con el oído medio mediante la ventana oval (flecha de doble punta), donde se inserta el estribo (E). (P: espacio perilinfático. F: nervio facial. Om: oído medio).
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Oído medio y sistema vestibular. HE (4). Conejo. 10x. Cresta ampular. Sección de una ampolla, lugar de origen del canal semicircular. La ampolla está delimitada por células planas (flechas) que revisten el laberinto membranoso. La estructura que hace relieve en la luz es la cresta ampular (C), que corresponde al órgano del equilibrio sensible a la aceleración angular. Por encima de esta cresta se observan restos de la cúpula (punta de flecha). (Asterisco: espacio perilinfático).
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Oído medio y sistema vestibular. HE (5). Conejo. 20x. La cresta ampular corresponde a la porción sensorial del sistema vestibular (órgano del equilibrio) sensible a estímulos de aceleración angular (giros de la cabeza). Hace relieve en la ampolla y se encuentra revestida por un epitelio sensorial formado por células sensoriales (flecha roja) (también llamadas células ciliadas), situadas en una posición más superficial y caracterizadas por presentar en su polo apical un kinocilio y múltiples estereocilios (punta de flecha). Más profundamente en el epitelio se sitúan las células de sostén (flecha azul). Encima del epitelio sensorial se observan restos de material amorfo pertenecientes a la llamada cúpula (C). En el eje conjuntivo de la cresta ampular se aprecian numerosas fibras nerviosas (f), como es habitual en una región sensorial. En la zona de transición entre el epitelio sensorial y el epitelio plano que cubre la ampolla, se encuentra un revestimiento de células prismáticas (asteriscos) denominado plano semilunar (planum semilunatum). Llama la atención la presencia de células pigmentadas (p) en el espacio perilinfático de esta región.
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Oído medio y sistema vestibular. HE (6). Conejo. 20x. Mácula. Las máculas corresponden a las porciones sensoriales del sistema vestibular (órgano del equilibrio) que se encuentran en el utrículo y en el sáculo, y son sensibles a movimientos de aceleración lineal. Son zonas donde el epitelio se hace más grueso. Este epitelio está formado por células sensoriales o ciliadas (flecha roja), situadas en una posición más superficial, que presentan en su polo apical un kinocilio y múltiples estereocilios (punta de flecha). En una posición más profunda del epitelio se localizan las células de sostén (flecha azul). Apoyados sobre el epitelio de la mácula se encuentran los otolitos (O), que aparecen como estructuras alargadas basófilas (generalmente estas estructuras desaparecen debido al procesado de la muestra durante la técnica histológica). En la lámina propia de la mácula se observan fibras nerviosas (f).
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Oído medio y sistema vestibular. HE (7). Conejo. 40x. Detalle de la mácula de la imagen anterior. Está formada por dos hileras de células: las más profundas, de núcleo denso, corresponden a las células de sostén (flecha azul); sobre ellas se apoyan las células sensoriales o ciliadas (flecha roja), con núcleo y citoplasma más pálidos. En su polo apical, cada célula sensorial posee un kinocilio y múltiples estereocilios (punta de flecha). Sobre el epitelio se observan restos de los otolitos u otoconias (O), estructuras formadas por carbonato cálcico, que son componentes de la membrana otolítica u otoconial. Generalmente estas estructuras desaparecen debido al procesado de la muestra durante la técnica histológica. En la lámina propia se identifican fibras nerviosas (f).
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Oído medio y sistema vestibular. HE (8). Conejo. 40x. Región de la cóclea del oído interno. Se identifica el órgano de Corti (C), la rampa vestibular (V) y la rampa timpánica (T). (R: membrana de Reissner). (Los detalles del órgano de Corti están descritos en la imagen correspondiente al oído interno).
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Oído interno. HE (1). 4x. Imagen panorámica del caracol o cóclea, donde se ven las diferentes secciones transversales del conducto espiral (1) (línea discontinua), dando vueltas alrededor del modiolo (2) (línea de puntos), en cuyo eje se sitúan abundantes fibras nerviosas (3), muchas de ellas procedentes del ganglio espiral (4). En cada sección del conducto espiral se distingue la rampa coclear (5), delimitada por la membrana basilar (6) (donde se sitúa el órgano de Corti: puntas de flecha) y por la membrana de Reissner (que separa la rampa coclear de la rampa vestibular: 7). Por debajo de la membrana basilar se encuentra la rampa timpánica (8). En el vértice del modiolo se localiza el helicotrema (asterisco), donde se comunica la rampa vestibular (7) con la rampa timpánica (8). Cerca de la base del caracol se observa una cresta ampular (9), que sobresale en la ampolla de un conducto semicircular, el cual aparece colapsado como consecuencia de la manipulación que conlleva el procesamiento histológico de la muestra. Nótese la abundante inervación (10) que posee la cresta ampular.
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Oído interno. HE (2). 20x. Sección transversal de una de las vueltas del conducto espiral. A la izquierda se sitúa el ganglio espiral (1), que emite fibras hacia la lámina espiral ósea (2), destinadas a inervar el órgano de Corti (3). En el conducto espiral se distingue la rampa coclear o rampa media (4), delimitada en la base por la membrana basilar (5), en la porción superior por la membrana de Reissner (6) y en la cara externa por el ligamento espiral (7), donde se localiza la estría vascular (flecha). Por encima de la membrana de Reissner se sitúa la rampa vestibular (8), y por debajo de la membrana basilar se halla la rampa timpánica (9). A la izquierda del órgano de Corti se encuentra el limbo espiral (10), de donde parte la membrana tectoria (11), que se abarquilla con mucha frecuencia.
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Oído interno. HE (3). 40x. El órgano de Corti se apoya sobre la membrana basilar (1), insertándose un extremo en la lámina espiral ósea (2) y el otro en el ligamento espiral (3). En el centro del órgano de Corti se sitúa el túnel de Corti (4), delimitado por los pilares interno (5) y externo (6). Sobre el pilar interno se apoyan lateralmente las células ciliadas, auditivas o sensoriales internas (7), con estereocilios (8) en el polo apical, y son sustentadas por las células falángicas internas (9). Más hacia el interior se sitúan las células marginales o "border cells" (10), las cuales se relacionan directamente con el surco espiral interno (11). A la derecha del pilar externo (6) se encuentra el espacio de Nuel (12). Más hacia el exterior se dispone un grupo de tres columnas formada cada una por las células falángicas externas (13) o de Deiters, las cuales soportan a las células ciliadas, auditivas o sensoriales externas (14), cuyos polos apicales presentan estereocilios (15). A continuación, se sitúan las células de Hensen (16) que van disminuyendo progresivamente de tamaño para continuarse con las células de Claudius (17), las cuales se relacionan con el surco espiral externo (18). Encima del órgano de Corti se encuentra la membrana tectoria (Mt), en la inmediata vecindad de los estereocilios de las células ciliadas. (Puntas de flecha: núcleos redondeados de fibroblastos de la membrana basilar. Rc: rampa coclear. Rt: rampa timpánica. MR: membrana de Reissner rota).
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Oído interno. HE (4). 40x. El limbo espiral (Le) es un engrosamiento del periostio en un punto del hueso que delimita el conducto espiral. En la parte más superficial del limbo espiral hay un conjunto de células en forma de ánfora, denominadas células interdentales (Id), que son responsables de la síntesis de la membrana tectoria (Mt), la cual se proyecta sobre el órgano de Corti (asterisco). El limbo espiral se relaciona con el surco espiral interno (Si). (MR: membra de Reissner rota. Rc: rampa coclear. Rt: rampa timpánica. Rv: rampa vestibular).
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Oído interno. HE (5). 40x. La estría vascular (Ev) se apoya sobre el ligamento espiral (Le) y se relaciona con la luz de la rampa coclear (Rc). Es una estructura epitelial que contiene en su espesor capilares sanguíneos (puntas de flecha azules). De las células epiteliales que forman la estría vascular, se identifican los núcleos redondeados de las células basales (punta de flecha roja) y los aplanados de las células marginales (flechas). En la estría vascular es donde se produce la endolinfa que se expulsa a la rampa coclear. En el extremo superior de la estría vascular, se inserta la membrana de Reissner (MR) en el ligamento espiral (Le). (Rv: rampa vestibular. Asterisco: pared ósea del conducto espiral).
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Oído interno. HE (6). 2x. Imagen panorámica del oído interno donde, además del caracol (C), se observa parte del sistema vestibular (V), con la presencia de una mácula (flecha) y también la sección transversal de un conducto semicircular que afecta a una cresta ampular (punta de flecha).
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Oído interno. HE (7). 20x. Las máculas (M) corresponden a las porciones sensoriales del sistema vestibular, y están situadas tanto en el utrículo como en el sáculo. Una mácula está constituida por dos tipos celulares: las células de soporte o sostén (punta de flecha azul), que sustentan al segundo tipo, las células sensoriales o vestibulares (flecha roja). En el polo apical de estas últimas células sobresalen unas estructuras a modo de flecos (punta de flecha roja), que son estereocilios y un kinocilio único por célula, relacionándose todos ellos con la membrana otolítica u otoconial, que generalmente se pierde con el procesamiento histológico. En la lámina propia, se observan las abundantes fibras nerviosas (asterisco) que inervan a la mácula. (V: luz del sistema vestibular).
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Oído interno. HE (8). 40x. Detalle de la figura anterior donde se observa la mácula (M), compuesta por las células de soporte o de sostén (flecha azul) sobre las cuales se apoyan las células sensoriales o vestibulares (flecha roja). Del polo apical de estas últimas células surgen unas estructuras a modo de flecos (punta de flecha), un tanto desorganizados, que corresponden a un kinocilio y múltiples estereocilios, relacionándose todos ellos con la membrana otolítica u otoconial (donde se sitúan los otolitos), de la que en la imagen sólo se aprecian algunos pequeños restos mal conservados. En la lámina propia de la mácula hay numerosas fibras nerviosas (asterisco) responsables de su inervación. (V: luz del vestíbulo).
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Oído interno. HE (9). 10x. La cresta ampular (Ca) sobresale en la luz (asterisco) de un conducto semicircular, cuya pared (flecha) (forma parte del laberinto membranoso) se ha colapsado como consecuencia del procesamiento de la muestra en la técnica histológica. En la lámina propia de la cresta ampular hay gran cantidad de fibras nerviosas (N) que la inervan. (O: pared del laberinto óseo. Pl: espacio perilinfático).
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Oído interno. HE (10). 20x. Detalle de la cresta ampular (Ca) de la imagen anterior. Está formada, al igual que las máculas, por células de sostén (flechas rojas), sobre las que se apoyan células sensoriales (flechas azules), las cuales también poseen en su polo apical a modo de flecos (punta de flecha roja), que corresponden a estereocilios y un kinocilio por cada célula, todos ellos relacionándose con un material amorfo denominado cúpula, de la que se observan algunos restos (punta de flecha azul). La pared del laberinto membranoso (Lm) del conducto semicircular se ha colapsado como consecuencia del procesamiento histológico de la muestra. En la lámina propia hay abundantes fibras nerviosas (asterisco), muestra de la rica inervación que recibe la cresta ampular.
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